Mérida, Yucatán.- Pese a no contar con los recursos materiales y humanos para un despliegue propagandístico similar al que realizan los partidos políticos y sus candidatos, el aspirante independiente Adrián Gorocica Rojas está confiado en obtener la preferencia del voto en el Cuarto Distrito electoral local por el trato personal y directo que dispensa a los ciudadanos.

“Mi campaña es austera y transparente que coloca los ciudadanos en el centro del proceso político”, sostuvo el joven, cuya imagen es la única que no aparece en los espectaculares que saturan calles, avenidas y carreteras de Yucatán, así como en los transportes públicos.

El único yucateco que busca llegar al Congreso estatal sin respaldo partidista, planteó que los políticos tradicionales han derrochado recursos económicos y, en su caso, indicó, ha tenido que renunciar a los anuncios de gran formato, botargas y otros medios que implican una fuerte erogación económica.

Expuso que su campaña se caracteriza por un contacto personal y directo con los ciudadanos, a quienes invierte su tiempo para explicar la importancia y el valor de su candidatura independiente, la cual, dijo, es una alternativa ante el hartazgo prevaleciente hacia el bipartidismo en Yucatán.

El activista reconoció que el Cuarto Distrito por el que compite representa un bastión del Partido Acción Nacional, de donde han salido diversos diputados y gobernadores; sin embargo, compartió que los ciudadanos de esa demarcación han expresado su confianza y respaldo para colocarlo en una curul.

Adrián Gorocica, de 29 años, comentó que su campaña marca la diferencia con la de los partidos políticos, lo que lo hace atractivo frente al electorado yucateco.

Reveló que así como fue el primer candidato a diputado local independiente con registro oficial en la historia política de Yucatán, también aspira a convertirse en el primer legislador sin partido como ha ocurrido ya en otros estados del país, en particular Jalisco, donde José Pedro Kumamoto es actualmente diputado independiente.

Su emblema: un árbol que representa a la democracia, a la cual hay que cultivarla como una planta, refirió.

(Jesús Mejía)