Google sabe muchas cosas sobre nosotros, ya que las informaciones que buscamos en este sitio reflejan nuestras preferencias, intereses, dudas, temores y patrones de conducta, y la mayoría de nosotros somos conscientes de que lo sabe.
“En cambio, muchos ignoran que el famoso motor de búsqueda se ha convertido en algunos casos en una herramienta delatora para delincuentes que acabaron entre rejas por buscar información sobre sus futuros delitos”, asegura Francisco Canals periodista especializado en sucesos y ciberdelitos.
Los algoritmos de tiempo, variedad y popularidad son solo algunos de los sistemas que ya utiliza Google para indexar miles de páginas por hora, de acuerdo a Canals .
Según Canals, “esta información es almacenada y permite crear patrones del consumidor que se esconde detrás de cada dirección IP (un número que identifica un elemento de comunicación o conexión de un dispositivo que funciona dentro de una red), es decir una forma que saber “quién es quién” en internet.
“Google sabe si nos gusta la comida china o la turca, donde queremos ir de vacaciones, nuestros problemas amorosos o potenciales miedos sobre nuestra salud y, por supuesto, también si tenemos intención de delinquir”, enfatiza.
Según Canals, en los últimos años el escenario judicial se ha llenado de casos en los que Google se ha convertido en un elemento clave para la resolución de delitos, al reflejar evidencias sobre la intencionalidad delictiva de un usuario.
“Se trata de delincuentes descubiertos por Google al buscar frases o palabras de cuestionable legalidad y que sirvieron como paso previo a la comisión de un delito”, añade el experto.
“El hecho de que nuestras herramientas sirvan de ayuda para que los usuarios puedan acceder a la información y al conocimiento de manera más fácil y sencilla y que ayuden también a terceros a desarrollar su trabajo es algo que nos motiva para seguir mejorándolas” comenta a Efe Anais Figueras, jefa de Comunicación de Google para España y Portugal.
“Recientemente la Guardia Civil (instituto armado español) pudo determinar que Ana Julia Quezada (asesina confesa del niño Gabriel Cruz, hijo de su pareja) había buscado información sobre vudú y plantas venenosas desde su ordenador y que, posteriormente, borró el historial de búsquedas y una imagen virtual del pequeño en un muñeco de vudú”, según Canals.
(Información completa: vanguardia.com.mx)