Si escuchas programas de radio de la década de 1940 y 1950, notarás que existen grandes diferencias entre la forma en la que se hablaba entonces y cómo nos expresamos hoy.
El cambio más evidente se puede escuchar en los acentos.

La lengua no es estática sino dinámica, evoluciona constantemente para adaptarse a las modas, a los cambios demográficos y esto trae como resultado diferencias en la pronunciación.

En Reino Unido, por ejemplo, muchas menos personas hablan con el tradicional acento conocido como “pronunciación aceptada”, también llamado coloquialmente “inglés de la reina”.

Incluso hasta la voz de la propia reina Isabel II ahora suena diferente. Se nota en su manera de pronunciar algunas vocales y te darás cuenta si comparas la voz de su juventud con su voz ahora.
Se cree que esto refleja el cambio que ha ocurrido en la sociedad británica, una reorganización en las jerarquías sociales, lo que ha llevado a una polinización lingüística cruzada entre las clases que llegó incluso a la realeza.

Pero si te fijas más allá de los acentos, encontrarás otra transformación social reflejada en nuestras voces: las mujeres de hoy hablan en un tono más profundo, más grave, que como hablaban sus madres o abuelas.

Y esto se relaciona con la dinámica cambiante de poder entre hombres y mujeres.
Lo demuestra la ciencia
Cecilia Pemberton, de la Universidad de Australia del Sur, estudió las voces de dos grupos de mujeres australianas de entre 18 y 25 años.

Los investigadores compararon grabaciones de archivo de mujeres hablando en 1945 con grabaciones más recientes tomadas a principios de la década de 1990.

El equipo descubrió que la “frecuencia fundamental” de la voz de estas mujeres había disminuido en 23 herzios durante cinco décadas, desde un promedio de 229 Hz a 206 Hz. Esa es una diferencia significativa y audible.

Los investigadores fueron cuidadosos a la hora de seleccionar la muestra para el experimento, para controlar posibles factores demográficos.

Todas las mujeres eran estudiantes universitarias y ninguna de ellas era fumadora.

El equipo también consideró el hecho de que ahora, a diferencia de hace 70 años, las mujeres usan la píldora anticonceptiva, lo que podría haber provocado cambios hormonales que podrían haber alterado las cuerdas vocales.

Sin embargo, el descenso en el tono se mantuvo incluso cuando el equipo excluyó a esas mujeres de su muestra.

En cambio, los investigadores se preguntan si la transformación refleja el ascenso de las mujeres a papeles más prominentes en la sociedad, lo que les lleva a adoptar un tono más profundo para proyectar la autoridad y el dominio en el lugar de trabajo.

Un ejemplo clásico es la ex primera ministra británica, Margaret Thatcher.

(Información completa: bbc.com/mundo)