Mérida, Yucatán.- Uno de los mayores gustos del estudiante cuando regresa a la escuela para iniciar el curso escolar son los útiles nuevos, el deseo de estrenar un cuaderno limpio, completo.

Y aunque en los últimos años existe una tendencia por “reciclar” viejas libretas (las que no “pasaron2 por el perro), es un hecho que por lo menos se compra 2 o 3 nuevas; además, lápices, borradores, plumas, colores, etcétera, generalmente son nuevos.

Pero muy pocos se preguntan qué hay detrás de la fabricación de lo que se usa para hacer los útiles que estrenamos; puede ser obvio que sepamos que, para producir el papel, se usa agua, mas ignoramos qué tanta se emplea.

Pensemos en el “camino” que recorre un lápiz de madera; tan sólo el árbol de donde salió la madera ya utilizó agua para crecer; pero también hay otra cantidad que cuenta sólo el proceso de fabricación del lápiz (o de cualquier otro de nuestros útiles escolares) porque tiene otros ingredientes como pintura.

Ahora, imaginemos que el agua fuera una moneda de cambio: para “pagar” un cuaderno de 100 hojas tendríamos que dar 1,000 litros…

En términos simples: todo “cuesta” cierta cantidad de agua y eso es a lo que se le llama “huella hídrica” (la palabra “hídrico” se define como “perteneciente relativo al agua como elemento de la naturaleza)

¿Qué es la huella hídrica (HH)?

De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la HH es “un indicador de toda el agua que utilizamos en nuestra vida diaria; para producir nuestra comida, en procesos industriales y generación de energía, así como la que ensuciamos y contaminamos a través de esos mismos procesos”.

Este concepto está relacionado directamente con el de “agua virtual“: “El agua virtual (AV) representa el cálculo de la cantidad total de agua que se requiere para obtener un producto, lo cual incluye el agua utilizada durante el cultivo, el crecimiento, procesamiento, fabricación, transporte y venta de los productos”.

Parecen conceptos iguales, pero no lo son: la HH tiene “más alcance” porque también se toma en cuenta el origen del líquido.

Así, mucho de lo que consumes a diario tiene una huella hídrica y, en caso de los útiles escolares, las cantidades varían, pero 2 ejemplos pueden servirte para que tomes conciencia:

  • 1 hoja de papel, 10 litros de agua. (ya habíamos dicho: cuaderno de 100 hojas, 1,000 litros).
  • 1 juego de geometría (500 gramos de plático), 91 litros.

Veamos otros 2 ejemplos sobre cosas que utilizas a diario, pero que también sueles estrenar en este inicio de clases:

  • 1 par de zapatos (piel de bovino) 8,000 litros
  • 1 camiseta de algodón, 2,700 litros

¿Y qué tanto se usa agua en lo que comes? Para ir de acuerdo con el tema, hablemos sólo de una manzana, esa que, al menos antes, era costumbre llevarle al maestro como regalo:

  • 1 manzana, 70 litros.

Pero si en el desayuno acostumbras comer huevo, cuando lo hagas piensa que, de alguna forma, estás consumiendo 200 litros de agua, misma cantidad que requiere un vaso de leche (200 mililitros).

Esperemos que estos datos de hagan reflexionar sobre la necesidad de ahorrar agua porque, como verás (en realidad ningún humano la ve) la huella hídrica significa que estás consumiendo mucho más de lo que puedes imaginar.