Mérida, Yucatán.- Los proyectos de energía renovable o “verde” aún no dejan ningún beneficio a Yucatán, pero sí muchos conflictos, algunos de los cuales ya dejaron víctimas, por fortuna, no mortales.
Un enfrentamiento a machetazos entre ejidatarios dejó como saldo 2 heridos, en un comunidad cercana a Muna, en el sur del Estado, donde una empresa proyecta instalar una granja solar con más de 1.4 millones de fotoceldas.
Una de las integrantes del Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (Cripx) denunció en un foro que debido a que parte de la comunidad se opone a la instalación de los paneles, porque implica la deforestación de 800 hectáreas de selva, el sábado 1 de septiembre, hay “mucha violencia” en su comunidad.
María Jesús Euán Barbosa dijo, durante el foro-taller “Gobernanza territorial para sostenibilidad”, en el auditorio Manuel Cepeda Peraza, de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), que la empresa que quiere instalar los paneles está comprando a los ejidatarios para que cedan sus derechos.
Tras su intervención en la mesa panel “Defensa y Gestión del Territorio“, denunció que “las cosas no se están haciendo bien”, y que se están violando las leyes y sus derechos como comunidad indígena, pues los permisos y contratos tiene irregularidades.
Dijo que el conflicto, que empezó hace 2 años, se agravó con la intervención de una persona a la que identificó como Sósimo Hernández, quien se dijo parte de ellos pero que, una vez que obtuvo el poder para negociar, se pasó del lado de la empresa.
Por eso, parte de la comunidad se organizó y le quitó el poder de negociar; desde entonces, los opositores al proyecto mantienen en vilo el proyecto de energía alternativa, y le han insistido al Gobierno federal que “haga las cosas bien”.
“Queremos que nos respeten”, dijo. Pero sobre todo que el beneficio sean para toda la comunidad y no sólo para los ejidatarios, a quienes, bajo engaños, los convencen -con dinero- de apoyar la granja. El “precio” por su apoyo es sde 35 mil pesos por familia.
Gobierno está acabando con comunidades mayas de Yucatán: Seduma
Poco antes, en entrevista, el secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Eduardo Batllori Sampedro, admitió que en el Gobierno, aún hay “visiones sectoriales” que no sólo están violando derecho humanos sino acabando con las comunidades mayas porque no entienden la relación entre la sobreviviencia de los indígenas y la tierra que ocupan.
Citó como ejemplo, el modo en que los mayas usan la milpa más que como modo de cultivo como un modo de vida, porque implica producir sus satisfactores e ingreso familiar; pero producir en ese espacio -de 2 a 3 hectáreas- conlleva incluso construir sus casas con la vegetación a su alrededor
“Sacan carbón y los detienen las autoridades porque no tiene las remisiones; sacan madera y no tiene remisiones forestales… sacan el venado y no tiene las autorizaciones, entonces las prácticas tradicionales van siendo fragmentadas con solicitudes que a veces las comunidades no puede cubrir”.
A manera de solución, propuso comisiones intersecretariales para atender las necesidades de cada región del Estado, y confió en que el próximo Gobierno pueda formarlas y “ser más sensible” para generar proyectos de desarrollo “más territoriales” que sectoriales.
En ese sentido, también le echó la culpa a la Federación de los conflictos entre las comunidades mayas y las empresas que instalan (o proyectan instalar) parques eólicos o granjas solares, porque, en ocasiones, “ni siquiera avisan”.
Sin embargo, aseguró que el Gobierno del Estado ha logrado frenar proyectos federales como la explotación petrolera y la siembra de soya trasgénica. No así, los parque eólicos y fotovoltáicos, como el de Ticul, en el que se pretenden deforestar 800 hectáreas de bosque.
“Nosotros hemos pugnado por que se hagan en terrenos agrícolas abandonados, no en la selva, porque esto implica tener una ‘fuga’ en términos de carbono y puede resultar una contradicción si promueves bajas emisiones de CO2 pero lo haces con una fuga”.
Reiteró que en Yucatán “falta mucho por hacer y aprender, y que “deberíamos estar más preocupados por la ganadería y el riego mecanizado de soya, sorgo y maíz, porque han empezado a fumigar con avioneta y eso genera mayor deforestación que las actividades de energía”, reiteró.