Mérida, Yucatán.- La ejecución del restaurantero Javier Humberto Franco Hernández en el interior de su negocio en Chicxulub Puerto, municipio de Progreso, no es motivo de preocupación para la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac).

Los presidentes nacional y estatal en Yucatán de la agrupación, Francisco Fernández Alonso y Alejandra Pacheco Montero, respectivamente, minimizaron el asesinato y descartaron que pueda ser vinculado a posibles amenazas por extorsiones o “cobro de piso”.

Pacheco Montero afirmó que, hasta el momento, en la delegación de Canirac no han recibido de parte de socios afiliados alerta en ese sentido.

“Todavía no nos llegan ese tipo de situaciones y eso es algo que, afortunadamente, no nos ha llevado a tomar otras medidas”, aseguró en conferencia de prensa.

Refrió, sin embargo, que han compartido algunas acciones preventivas, como en el aspecto de la precaución y la comunicación más amplia.

A su vez, Fernández Alonso definió que, según lo que conoce, el homicidio del domingo en Chicxulub –de un ex taxista que huía del crimen organizado en Quintana Roo– sería un caso aislado y resuelto.

“Digamos que al contrario ustedes viven en casi en un oasis”, soltó.

Ello, abundó, debido a que Yucatán no está catalogado como un estado “con tanta peligrosidad y delincuencia”.

El dirigente reconoció que hay ciudades del país muy afectadas por la inseguridad, aunque remarcó que México es muy grande.

“Por supuesto hay focos de violencia en todas partes, pero hay donde están mucho más acentuados”, dijo.

Subrayó que en las plazas con ese tipo de problema la demanda de servicio se ve afectado en alrededor de un 30 por ciento directo.

(LectorMx)