Mérida, Yucatán.- Agricultores y apicultores de la localidad de Dzonot Carretero, municipio de Tizimín, denunciaron hoy la muerte masiva de abejas, tala excesiva de montes y daños ambientales, provocados por fumigaciones en ranchos propiedad del empresario Jacobo Xacur Eljure.

Debido a las pérdidas económicas y otros perjuicios, los afectados acudieron ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y de Salud (SSA), a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

En conferencia de prensa, apoyados por la agrupación Indignación A.C., los pobladores refirieron que entre el 11 y 22 de julio de este año en diversos ranchos de Xacur Eljure, se llevaron a cabo varias fumigaciones.

Según la relatoría de José Hermelindo Argáez Balam, el vertedero aéreo de químicos dañó cultivos de calabaza, sandía y otros sembradíos, así como plantas silvestres que proveen de alimento a las abejas y animales salvajes.

“¿Y qué voy a hacer con mi sembrado?, y eso allá busco mi dinero, allá busco de todo, allá como, vendo…”, clamó el campesino.

En total, de acuerdo con sus datos, se perdieron 26 colmenas y otras 40 resultaron afectadas por mortandad continua; 108 registran mortandad al 50 por ciento, aunado a los riesgos a la salud.

Los demandantes revelaron que, además, ha crecido la deforestación, con talas constantes y quemas que lesionan el hábitat de la fauna en la zona.

Jorge Fernández Mendiburu, de Indignación A.C., mencionó que el 14 de agosto promovieron en el sistema electrónico de Profepa la última denuncia al respecto, sin que haya respuesta.

Y aclaró que no se trata solamente de un pago, de una indemnización, mientras la práctica sigue. Las autoridades tienen que sancionar, pero también prevenir, acotó.

“Cómo reparas tres mil hectáreas taladas de un territorio indígena. ¿Cómo, con dinero?”, preguntó, al aseverar que no hay modo de cuantificarlo, porque es una afectación que va más allá de lo ambiental y alcanza el aspecto cultural.

Las medidas de reparación, apuntó, no se pueden reducir a lo económico, sino tienen deben contemplar la no repetición.

Desde un asiento de atrás y fuera de lo previsto, Gilberto Ay Canché –otro habitante de Dzonot Carretero–, compartió los perjuicios en cultivos de subsistencia y en el entorno comunitario.

“Eso nos está preocupando”, expresó, al tiempo que advirtió que está dispuesto a hacer justicia por cuenta propia.

“Yo ya dije: si él vuelve a fumigar voy a comprar mi rifle y le meto entonces su balazo. Si veo no hacen justicia vamos a hacer justicia nosotros”, comentó.

Atestiguaron y suscribieron las quejas Marco Antonio Cupul Ku y José Isabel Uc Puc.

(LectorMx)