Mérida, Yucatán.- En el ritual del lavatorio de pies en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Mérida, el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, abogó por la dignificación de la mujer, pero conservando su esencia y su rol con respecto al hombre.
Tras el acto representativo de sublime humildad ante 12 presos de ambos sexos, el religioso aludió al “feminismo rabioso contra los hombres”.
Yo creo que es una reacción a tanto tiempo de machismo, a tantas injusticias contra las mujeres, explicó luego en entrevista.
“Entonces es natural que surjan estos movimientos que quieren elevar la dignidad de la mujer, ponerla por encima, pero creo que, desde nuestro punto de vista cristiano, pues se equivocan porque hacen una lucha y muchas veces quieren que la mujer no sólo ocupe los lugares del hombre, sino que sea como un hombre en los mismos comportamientos equivocados del hombre”, dijo el jerarca católico.
“La Iglesia sí quiere que se dignifique a la mujer, que se le respete, que se le dé su lugar, pero sin enfrentamientos y sin que la mujer pierda lo que es ella, ella misma, cada quién en su lugar: el varón es el varón y la mujer es la mujer, y respeto entre ambos”, detalló.
Por segundo año consecutivo desde que asumió al frente de la Arquidiócesis de Yucatán, monseñor Rodríguez Vega compartió un signo de equidad: dispuso que fueran seis mujeres y seis hombres, con atuendos de apóstoles, a quienes lavaría los pies.
En la misa de la Última Cena, se refirió al mandamiento nuevo del amor extremo que dejó Jesucristo en ese momento: “que se amen los unos a los otros como yo los he amado”.
El arzobispo pidió tener en cuenta a los pobres y necesitados, y preguntó ¿quién de nosotros está viviendo conforme a esta regla?
“¿Quién de ustedes, si yo o ustedes, amamos de veras al estilo de Cristo?”, repitió en su mensaje.
En ese contexto, afirmó que encarnar el amor de Cristo traería las mejores relaciones interpersonales.
“Qué distinto sería el mundo si cumpliéramos este mandamiento del amor”, puntualizó.
(LectorMx)