Mérida, Yucatán.- En las representaciones iconográficas de los mayas resalta la naturalidad con que se observa y describe el cuerpo humano a diferencia del pudor cristiano, producto de la vinculación de éste con el pecado, planteó el investigador José Iván Borges Castillo.
En su ponencia “Mitos y costumbres ancestrales mayas relacionados con el cuerpo, género y sexualidad”, el historiador estableció que entre los mayas las referencias de los órganos sexuales eran y son explícitos en contraste al uso de eufemismo que persiste desde la Colonia.
“La conchita”, “la cucaracha”, “el pito” y otros son sobrenombres aplicados a los órganos sexuales, utilizados con ideas de lo obsceno, libidinoso e inmoral que permea por la influencia religiosa desde la Conquista, dijo el especialista en temas histórico-religiosos y de la vida cotidiana de las comunidades yucatecas.
A diferencia de esto, el uso de palabras en maya para referirse a los órganos reproductivos, tanto del hombre como de la mujer, es muy explícita. De esta manera entre mujeres es común oír decir en tono de burla “A pel”, que significa “Tu vagina” o entre hombres: “A pool a kep”, que es el glande del pene.
En los mitos y cuentos mayas es común las referencias explicitas al hablar de los órganos sexuales y del coito. En el mismo Chilam Balam de Ixil, en su recetario médico se habla de curaciones o medicinas caseras y la manera de aplicarlas con mucha claridad se habla del “kep” en el caso del hombre o “pel” en el caso de la mujer.
Durante su participación en la XIII Semana de la Diversidad Sexual, que concluyó este viernes en la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Borges Castillo expuso que la naturalización del cuerpo femenino se denota en los pechos descubiertos de las mujeres mayas que amamantan, o que por el calor del fogón realizan sus labores con la mitad del cuerpo descubierto.
Luego leyó a los presentes un testimonio de Don Amado “el Yum Men de Tekal de Venegas”: Entre nosotros no había secreto de andar desnudos entre adultos o niños.
“Recuerdo cuando íbamos al monte a recoger leña en épocas de sequía, cuando pasábamos donde había cenote nos bañábamos, ahí quitábamos nuestra ropa, mi papá, mis tíos; yo que tenía como 10 o 11 años, junto con mis primos era normal ver a los mayores desnudos cuando era necesario”.
La naturalidad para referirse al acto sexual se manifiesta en la frase “U Tzi´s kubaoo”, para describir que dos personas tienen un encuentro sexual, por lo que es común en comunidades mayas que, cuando visitas una casa y nadie sale, no falta el vecino que salga y diga: “U tzi´s kubaoo”.
Estas expresiones y términos –señaladas en la memoria de los habitantes maya-hablantes de Tekal–, no son las únicas pero si comunes y significativas, acotó el académico.
Ello indica –continuó– que el acto sexual no se considera exclusivo para la reproducción, ya que en la concepción entre los mayas, referida por el “Yum Men”, es una necesidad del cuerpo humano, que debe realizarse para tener equilibrio y una salud estable.
(Jesús Mejía)