Mérida, Yucatán.- Funcionarios del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pusieron en riesgo la principal evidencia del ataque ocurrido en el estacionamiento de la zona arqueológica de Chichén Itzá, en el que resultó lesionado con arma blanca el jefe de seguridad, Ricardo Arturo Gutiérrez López.
Apenas unas horas de ocurrido el incidente violento, de las oficinas del INAH se filtró la grabación del momento en que el joven Adal Israel Cen Castañeda propina “cuchillazos” al custodio.
La difusión es indebida, según conocedores del tema penal, ya que revictimiza tanto al afectado como al presunto responsable, aun cuando haya existido flagrancia.
El abogado Villevaldo Pech Moo reprobó la actitud del INAH-Yucatán de haber entregado el material a una persona que laboró en esa institución y quien hizo públicas las imágenes en un portal informativo.
El litigante consideró que sacar a la luz la videograbación, al ser ésta parte de la probatoria judicial, podría entorpecer el proceso.
En tanto, un integrante del Jurídico del INAH Yucatán responsabilizó de la “filtración” al Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos (Cultur) que, a su vez, negó la acusación.
Una fuente de Cultur reconoció que la cámara que grabó el suceso –alrededor de las 8:00 horas del jueves– está bajo control del personal de la dependencia estatal, pero desmintió que ellos hubieran dado mal uso del contenido.
“El INAH Yucatán solicitó el video y se le entregó en exclusiva; a partir de ahí se produjo la publicación”, explicó.
Por otra parte, Gutiérrez López quedó fuera de peligro y fue retirado de terapia intensiva en el Hospital General de Valladolid.
Los directores del INAH-Yucatán, Eduardo López Calzada, y de la zona arqueológica de Chichén Itzá, Marco Antonio Santos Ramírez, estuvieron en el nosocomio para conocer la situación del jefe de seguridad.
(LectorMx)