Madrid, España.- La venta de toallitas húmedas se elevó un 49 por ciento desde el inicio de la crisis sanitaria del coronavirus Covid-19 y provocará un aumento en los atascos de las redes de saneamiento, advirtió hoy la organización ecologista Greenpeace.
Greenpeace y la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (AEOPAS) advirtieron que ninguna toallita húmeda es biodegradable, aunque se anuncie así, y no deben tirarse por la taza del baño, ya que estropean las depuradoras y llegan a ríos y mares.
Explicaron que esas toallitas están hechas de microplásticos y, algunas, con microfibras de celulosa, por lo que contienen, por tanto, fibras sintéticas y sustancias que impregnan el tejido, como son conservantes, surfactantes e hidratantes, empleadas para inhibir la acción de las bacterias responsables de la descomposición de estos materiales.
Apuntaron que las toallitas y otros elementos plásticos, arrojados indebidamente a la red de saneamiento, además de producir atascos, se van desintegrando en microplásticos y terminan directamente en los cauces, ríos y mares.
“Allí las fibras plásticas de estas toallitas pueden tardar más de 100 años en degradarse en fragmentos aún más pequeños”, añadieron.
Además, estos microplásticos causan graves daños a la fauna marina, como ha quedado demostrado por la abundante literatura científica al respecto.
Actualmente, unas 700 especies de organismos marinos se ven afectados por contaminación plástica.
Cada año, más de un millón de aves y más de 100 mil mamíferos marinos mueren como consecuencia de todos los plásticos que llegan al mar, entre ellos los cada vez más abundantes restos de toallitas.
Julio Barea, responsable de campaña de aguas de Greenpeace, indicó que “las toallitas son elementos de higiene no esenciales, cuya función puede realizarse con otros menos dañinos como el agua o el papel higiénico”.
“Los graves daños ambientales, y en infraestructuras de saneamiento, que causan las toallitas húmedas hacen más que recomendable pedir que se dejen de utilizar y comercializar y que, en ningún caso, se arrojen por el desagüe”, apuntó.
El gerente de AEOPAS, Luis Babiano, resaltó que por estas razones “hemos unido fuerzas, para apostar por la pedagogía y exigir la corresponsabilidad”.
Las dos organizaciones anotaron que el problema que venían sufriendo los operadores para la evacuación de las aguas residuales, y su posterior tratamiento, era ya importante, pues muchas de las incidencias de atascos y averías estaban provocadas por la acumulación de toallitas húmedas en las estaciones de elevación, sistemas de cribado, depuración, etc.
La patronal de aguas “EurEau” estimó que los costes a nivel europeo para su eliminación puede alcanzar entre los 500 y los mil millones de euros anuales.