Mérida, Yucatán.- El martes 15 de septiembre, las asociaciones religiosas de Yucatán lograrán su “independencia”: podrán abrir al público sus puertas y celebrar misas con presencia de fieles, luego de casi seis meses de hacerlo únicamente “en privado”.
En el caso de los templos católicos, los 130 se reportan listos para regresar a los ritos y aunque no tienen adecuaciones especiales, echarán mano de los voluntarios para que reciban a las personas, les apliquen gel antibacterial y les tomen la temperatura, entre otras medidas que dictan los protocolos sanitarios para sitios donde haya concentración de personas.
Además, de acuerdo con el vocero de la Arquidiócesis de Yucatán, presbítero Jorge Martínez Ruz, cuando este 15 de septiembre -día del Grito de Independencia en México- reabran las iglesias, sólo se permitirá la entrada a determinado número de fieles -todos con cubrebocas- hasta completar el 30 por ciento del aforo, de acuerdo con los lineamientos establecidos por las autoridades de salud del Estado.
A partir de ese día, las misas podrán realizarse diariamente bajo las normas para evitar los contagios de Covid-19, y que rigen para todos aquellos actos considerados “masivos”: aplicar gel antibacterial en la entrada, toma de temperatura, sentarse respetando la sana distancia, entre otras.
El voceros de la Arquidiócesis de Yucatán, Martínez Ruz, pidió a los feligreses acercarse a la parroquia que les corresponde para informarse sobre el procedimiento para asistir al rito que corresponda, sea misa en general, bautizos o bodas.
La recomendación obedece a que si bien ninguno de los templos ha reportado algún “atraso” o problema para la nueva etapa, cada uno reabrirá sus puertas según pueda cumplir con los protocolos. El padre Ruz recordó que, en muchos casos, las parroquias han tenido que realizar gastos extraordinarios para todo lo que implica la llamada nueva normalidad.
Además, como el número de asistentes será limitado, en algunos casos se está utilizando el método de “reservación”, es decir, los fieles hablan a la oficina parroquial para “apartar” su lugar y así evitar que al asistir a misa, por ejemplo, los domingos, que son días de mucha afluencia, les nieguen la entrada.
También recordó que las personas vulnerables (enfermos, ancianos, niños) tienen la dispensa y para ellos no es obligatorio acudir a misa. La recomendación es quedarse en casa y seguir las misas por radio, televisión e internet, cuyas transmisiones permanecerán por tiempo más aun cuando los templos reabran.
En general, las iglesias -sin importar religión o rito- deben cumplir con dos listas de protocolos que dictó el Gobierno del Estado y con los lineamientos que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). Las normas no son diferentes a las que se exigen en otros casos de concentración de personas, por ejemplo, entrar sólo de un lado y salir sólo de otro.
En muchos casos, los templos, antes del cierre total, en marzo pasado, ya aplicaban algunas de las normas que hoy se retoman: no dar el saludo de la paz y ofrecer el sacramento de la eucaristía (hostia) en la mano y no directamente en la boca. También recordó que los ritos católicos en las iglesias no se detuvieron sino que simplemente se hicieron a puerta cerrada y sin fieles.
El padre Martínez Ruz aseguró que incluso personal del Gobierno del Estado ha visitado al azar varios templos, sobre todo del Centro de Mérida, para verificar que cumplan con las normas para la reapertura.