Mérida, Yucatán.- Luego de ocho meses de educación a distancia, los sistemas educativos de varios países y especialmente las universidades, han repensado e incorporan nuevos modelos educativos que les permitan ser más híbridos entre lo presencial y lo virtual, aseguró el asesor de la Fundación Qatar, Francisco J. Marmolejo.
Durante la conferencia “Repensando la educación superior en la nueva normalidad: Perspectivas globales y sus implicaciones para la UADY”, el especialista agregó que la transformación digital ha traído grandes ventajas, pero con ella han crecido nuevas generaciones, nuevos perfiles de estudiantes que hoy están ingresando en la universidad y que le exigen nuevas formas de aprender.
La tecnología, agregó, ha formado parte de las dinámicas educativas de la nueva era impulsando el aprendizaje autónomo, donde el estudiante no solo es espectador de información, sino también proveedor.
Asimismo, comentó que es muy importante tener en cuenta que el estudiante es más innovador y revolucionario con respecto a las nuevas tecnologías, aunque si bien es cierto que la juventud usa estas herramientas para comunicarse, acceder a información y divertirse, pocas veces las utiliza para algo que requiera aprendizaje.
“Estamos intentando situar a personas expertas en el uso lúdico y comunicativo de las tecnologías en un marco en el que van a tener que utilizar estos elementos con la finalidad de aprender, lo que tiene un costo psíquico y físico que puede resultar aburrido y demandante para el estudiante”, destacó.
Otro aspecto importante es brindar educación de calidad y esto lleva a formar al profesorado, como facilitadores del desarrollo integral de los estudiantes contribuyendo a que sean buenos y comprometidos ciudadanos.
Marmolejo enfatizó la necesidad de crear políticas educativas que permitan evaluar y acreditar la calidad de los sistemas en línea y una apuesta gubernamental por el desarrollo y la expansión de la educación, que sea complementaria al sistema universitario actual.
En otros campos disciplinarios o sectores como el turismo, la economía o el mercadeo, ya estaban involucrados en la dinámica de la tecnología; en el caso de la educación no era así.
Además, esto se añade a los inconvenientes a los que ya se enfrentaban los sistemas universitarios, pues, dijo que si bien el impacto de la pandemia difiere entre países, añade un grado más de complejidad a una educación superior que ya se enfrentaba a retos no resueltos, como gobernanza, financiamiento, internacionalización, innovación, así como relevancia y equidad en el acceso a la educación.
“Es por eso, que necesitamos primero resolver el problema de la inequidad, para que la educación superior sea el promotor de la igualdad”, resaltó.
El trabajo en el futuro se basará en el principio del “ajuste” de personas inteligentes que combinan educación, intereses y habilidades para convertirse en equipos unipersonales multifuncionales, advirtió.
“El éxito dependerá de la habilidad de ajustarse creativamente desarrollar o modificar habilidades y conocimientos”, concluyó.
(Comunicado)