Mérida, Yucatán.- Las primeras “plumas” del polvo del Sahara comenzaron a llegar, aunque con densidad muy baja, a la Península de Yucatán, prácticamente con 10 días de adelanto, pues si bien sabemos que los fenómenos naturales no “tiene palabra” ni fechas exactas no es sino hasta el 1 de junio que inicia “oficialmente” el arribo de la arena del desierto.

Desde la semana pasada, algunos modelos climáticos, mostraron el “viaje” por el Atlántico de una nube grande de polvo que, sin embargo, no alcanzó a llegar del todo a nuestra región; si acaso, algunos “desprendimientos” atravesaron la parte baja de la Península, por el sur de Quintana Roo y el centro de Campeche. En los próximos días, según las predicciones, continuará llegando más o menos en la misma proporción y prácticamente por la misma “ruta”.

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Sin embargo, pasaron inadvertidas para los habitantes de la Península sobre todo porque no se comparan con las concentraciones del “grueso” de la temporada, y porque están muy lejos de los días “brumosos” del año pasado, cuando a finales de junio nos “atacó” la nube más grande jamás vista en mucho tiempo, conocida como Godzilla.

Así se veía “Godzilla” en 2020. No se compara con lo que hoy vemos transitando el Atlántico.

De hecho, esa gran “nube” de polvo, que permaneció durante varios días sobre nosotros, obligó a las autoridades municipales a emitir, por primera vez, un alertamiento por las condiciones adversas en la calidad del aire.

De igual forma, especialistas de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), aseguraron que los niveles de concentración de partículas suspendidas en el aire no tenían precedente en por lo menos medio siglo. También emitieron un exhorto a la población a usar mascarillas especializadas KN95, cerrar las ventas y evitar las actividades al aire libre, ya que el nivel rebasaba la norma internacional permitida.

En junio de 2020, la calidad del aire en Mérida fue muy mala.

Según un reciente informe de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus sigles en inglés), que monitorea permanentemente este “viaje” de la arena) este año se esperaba que el polvo del Sahara fuera mucho menor a otros años.

A pesar de que esto es benéfico para la salud humana, es perjudicial para el ecosistema, no sólo porque arrastra una gran cantidad de minerales que nutren los suelos, sino porque inhibe la formación de huracanes; su poca presencia, hace más propicias las condiciones para los ciclones con la consecuente amenaza de los países de la cuenca del Atlántico.

Como ya hemos informado, la arena del desierto viaja desde África impulsada por los vientos alisios hacia nuestro continente y traen consigo beneficios, pero también perjuicios, pues arrastran material particulado (PM, por sus siglas en inglés), que puede tener afectaciones a la salud humana. 

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Estas “sustancias” contaminantes entran al cuerpo humano a través de las vías respiratorias, donde pueden alojarse; en algunos casos, las más pequeñas, o sea, las PM2.5 o menores, pueden entrar al torrente sanguíneo y causar estragos en el cuerpo humano.

De acuerdo con la Facultad de Química de la Uady, los análisis de datos del sitio Mérida de la Red Universitaria de Observatorios Atmosféricos (RUOA), con sede en la institución local, muestran 4 periodos diferentes de mayor concentración del PM, en Mérida:

PeriodoOrigen
Enero-marzoNatural
Abril-mayoQuemas agrícolas
Junio-agostoPolvos del Sahara
Septiembre-diciembreInversión térmica*

Esta investigación comprobó que, sobre el material particulado, el polvo del Sahara es la primera fuente de contaminación natural; de origen humano o antropogénico, la que ocupa el primer lugar son las quemas agrícolas, que por cierto concluyen el próximo 31 de mayo.