Por Ligia Vera Gamboa
Mérida, Yucatán.- El respeto a la dignidad humana y a los Derechos Humanos es inherente a todas las personas, por el simple hecho de ser persona. Desafortunadamente, aún el siglo XXI, existen violaciones a los derechos humanos de grupos de la población como es la comunidad de la diversidad sexual. Si lo anterior es grave, lo es más cuando quienes violentan estos derechos son aquellas personas que por su posición, deberían de protegerlos, por ejemplo, las y los legisladores.
Es importante recordar que a pesar de que en México, la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) entidad que desde 2015, declarando inconstitucional aquellas leyes que niegan el matrimonio igualitario, en Yucatán el Congreso ha votado en secrecía en dos ocasiones la aprobación de éste, con resultados en contra. Más recientemente, hace unos días (18 de agosto 2021) la misma SCJN, ha fallado a favor en dos amparos interpuestos por asociaciones civiles y personas de la comunidad LGBTTTIQ.
Por si fuera poco, días previos a este fallo de la Corte, las y los legisladores de Yucatán, sorprendieron con la noticia de que el matrimonio entre personas del mismo sexo podría ser nuevamente sometido por tercera ocasión a votación abierta antes de concluir la presente legislatura.
Sin embargo, han pasado días desde la aprobación en la Comisión de Puntos Constitucionales sobre la iniciativa de cambios en la Constitución local, en específico el artículo 94, para que la unión civil entre personas del mismo sexo sea una realidad, y a estas horas no existe una fecha para la votación en sesión plenaria de las y los diputados sobre este tema. ¿Estarán jugando al gato y al ratón para que terminen su período legislativo sin que el punto sea votado? Como Maquiavelo, su táctica es al parecer la dilación. Alguno ha empeñado su palabra, otros cabildean para la no aprobación, otros a pesar de que su partido está a favor parece empeñarse en votar en contra. Los tibios como diría uno de mis grandes maestros, quieren pasar de noche y con la luz apagada. Las diputadas, tanto las que están a favor como en contra, la mayoría han sido claras acerca de su intención de voto, sin duda cuestión de género. Será que existe, como suelen decir coloquialmente, línea, o en verdad el Poder Legislativo de Yucatán es autónomo.
¿Cuál es el temor, el costo político? Cualquiera que sea su decisión y el sentido de su voto, lo tendrá.
Como ciudadana, madre de familia, abuela, académica y activista, hoy exijo a las y los diputados de la LXII Legislatura someter a votación plenaria el miércoles 25 de agosto la iniciativa que permita en Yucatán, el matrimonio igualitario, para que en nuestro estado los derechos humanos sean una realidad para todas las personas.
LIGIA VERA GAMBOA
Profesora Investigadora UADY
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(Foto: archivo)