• Mérida, Yucatán.- El agua de cenotes y en el acuífero del estado de Yucatán presenta altos niveles de plaguicidas cancerígenos, metales y materia orgánica, lo que revela la vulnerabilidad extrema a la contaminación de los recursos hídricos y de la salud pública, revelaron expertos.

En el estudio “Contaminación del agua en el Anillo de Cenotes, escenario sociocultural, ambiental y político”, los investigadores Ángel G. Polanco-Rodríguez y Alfredo Araujo León advirtieron que la presencia de pesticidas organoclorados (OCP) en el ambiente resulta problemática por sus efectos mutagénicos y carcinogénicos para los seres humanos, además del impacto ambiental.

El análisis forma parte del Informe de la Contaminación del Acuífero Maya titulado “Los Ojos de Yucatán. Una ventana al mundo subterráneo” 2021 publicado por la Facultad de Química de la UNAM y el Instituto Geológico y Minero de España con el respaldo de la Fundación Internacional del Debido Proceso, Grupo Indignación por los Derechos Humanos y el Alto Comisionado de Naciones Unidas.

Los expertos resumen que las afectaciones al agua superficial y subterránea compromete la sustentabilidad del ecosistema de la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes localizada en los municipios de Seyé, Acanceh, Timucuy, Homún, Cuzamá, Tecoh, Tekit, Tahmek, Hoctún, Xocchel, Hocabá, Sanahcat y Huhí, todos considerados zona de recarga.

Señalan que la geología kárstica, las fallas fisiográficas y los suelos poco profundos y pedregosos de Yucatán, así como los procesos de deforestación, facilitan la infiltración y movilidad de los contaminantes en el agua, configurando así una mayor vulnerabilidad a la contaminación.

Polanco-Rodríguez, del Centro de Investigaciones Regionales Hideyo Noguchi, y Araujo León, del Laboratorio de Cromatografía de la Facultad de Química, ambos de la Universidad Autónoma de Yucatán, afirmaron que los niveles de OCP detectados en la zona del Anillo de Cenotes superan los límites permitidos por normas oficiales nacionales e internacionales.

Los investigadores centraron su atención en el lindano, un compuesto plaguicida organoclorado persistente y altamente resistente a la degradación ambiental, capaz de transportarse a grandes distancias y bioacumularse en tejidos animales y humanos, siendo extremadamente tóxico.

Las más altas concentraciones del lindano, catalogado como neurotóxico, hepatotóxico, immunotóxico, asociado a tumores cancerosos, han sido localizadas en cenotes del municipio de Dzilam González, así como en la zona de recarga hacia el centro del anillo en el municipio de Tecoh y en la zona de descarga en Celestún, revelaron.

Observaron también de la presencia en los cuerpos de agua de Yucatán, reportada por otros investigadores, de pesticidas como Aldrín, Dieldrin, Endrín, Heptacloro, Endosulfán, Hexaclorobenceno y DDT, pese a que su uso está prohibido y restringido en la legislación ambiental nacional e internacional (Convenio de Estocolomo, 2008, Acuerdo de Rotterdam, 2010, y Declaración de Praga).

En todo lo anterior ha contribuido la vulnerabilidad extrema a la contaminación del acuífero, los altos niveles de pobreza, la reducida percepción de riesgo de las comunidades en el uso y manejo de agroquímicos tóxicos y la falta de apoyo oficial en programas de capacitación para una agricultura sostenible en la zona rural.

A lo anterior, agregaron la falta de consulta previa e informada a las comunidades mayas en el uso de agroquímicos tóxicos, el penoso último lugar de Yucatán a nivel nacional en infraestructura para el saneamiento hídrico, así como las diversas violaciones a la legislación ambiental, en su conjunto.

Recordaron que en octubre de 2013 el Diario Oficial del Gobierno del Estado de Yucatán publicó el Decreto 117, que establece el Área Natural Protegida denominada Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes.

Este considera que es “El derecho humano de toda persona de gozar de un ambiente ecológicamente equilibrado y la protección de los ecosistemas que conforman el patrimonio natural de Yucatán” y que “Las personas en el estado tienen derecho a vivir en un ambiente saludable; a hacer uso racional de los recursos naturales”.

Por su relevancia ecológica fue declarada Humedal de Importancia Internacional (RAMSAR) el 2 de febrero de 2009, con el número de registro 2,043.

El Informe de la Contaminación del Acuífero Maya titulado “Los Ojos de Yucatán. Una ventana al mundo subterráneo” puede consultarse en http://www.librosoa.unam.mx/handle/123456789/3298

(LectorMx)