Mérida, Yucatán.- Con una reflexión intimista del significado de la literatura en la vida y el devenir colectivos, así como del México y su “drama de nuestros días”, la escritora Rosa Beltrán Álvarez recibió el Premio en las Letras José Emilio Pacheco.

En la inauguración de la décima edición de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY), la novelista, cuentista y ensayista abrió con la rememoración de la profunda huella que dejó en ella, a los 20 años de edad, la novela Las Batallas en el Desierto, cuyo autor dio nombre al galardón que ahora le fue conferido.

En su discurso ante autoridades, colegas, académicos e invitados, refirió que todo lo que preocupaba a José Emilio ya era el anticipo de un futuro que no iba a estar mejor.

Siempre se disculpaba –citó– por la falta de eficacia de las palabras, sus palabras, para cambiar la realidad del país que se desmoronaba, del paso del tiempo, donde algo que había hasta hace poco no existía más. De un pasado que aun siendo injusto se había llevado también lo bueno y lo inocente, y se dolía de la falta de solidaridad, de la indiferencia de unos con otros.

“Hoy el país no es mejor. Y si un país es sus habitantes, nosotros tampoco somos mejores.

“En tantos sentidos, albergamos las mismas dudas, la misma impotencia y aunado a esto, cargamos con lo que nos dejó la pandemia: una desesperanza grande al enfrentar día a día las narrativas de la enfermedad y la muerte, pero, sobre todo, la narrativa de la violencia que nos atraviesa.

“Una forma de definirnos como país, que parece ser sólo una confrontación, una imposibilidad de encontrar un diálogo y una falta de conciliación que nos llena de desesperanza”, expresó la editora y también coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, desde el 24 de enero de este año.

“La excelencia en las letras no se alcanza nunca, no mientras se está vivo; pues lo que alimenta y anima a escribir la siguiente obra, siempre defectuosa, siempre endemoniadamente difícil, sobre todo al inicio; siempre conjetural y aterrorizante en algún punto en que creemos que la trama no es más que un pálido reflejo de aquella que nos formamos en la imaginación.

“Es la certeza de que hay mucho por mejorar”, remató en presencia de Margo Glantz, a quien definió como “una maestra de vida y de lectura”, así como de la investigadora Sara Poot Herrera, directora de UC Mexicanistas.

En los agradecimientos, ponderó con felicidad que “existan espacios como estos que nos permiten seguir soñando la utopía…”.

Además, que el evento ocurra en el marco de los 100 años de la fundación Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), que al igual que la UNAM –de donde proviene– y la Universidad de California las distingue la educación pública.

Del mismo modo, valoró el acompañamiento de la “presencia fantasmática” de Felipe Carrillo Puerto, quien puso los cimientos de lo que hoy es UADY, y de “La Peregrina”.

La semblanza de la autora de La corte de los ilusos, Alta infidelidad, El paraíso que fuimos, El cuerpo expuesto, Amores que matan, Verdades virtuales y Radicales Libres, estuvo a cargo de Socorro Venegas.

La ceremonia, en el auditorio Manuel Cepeda Peraza del Centro Cultural Universitario, contó con la presencia del rector de la UADY, José de Jesús Williams, y del director de la FILEY, Enrique Martín Briceño, entre otros.

(LectorMx)