Vasija maya completa en cueva de Playa del Carmen, Quintana Roo
Solidaridad, Quintana Roo.- La recuperación de una vasija maya tipo chocolatera al interior de una cueva ubicada en la zona urbana de Playa del Carmen fue difundida este martes.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que a partir de un reporte del encargado del proyecto Cenotes Urbanos en Playa del Carmen, biólogo Roberto Rojo García, se acordó una visita a la caverna en un terreno propiedad de una agrupación religiosa.
“La formación natural, actualmente localizada en un área verde y que por asociación al predio se ha denominado Cueva de la Cruz, ya había sido mapeada por espeleólogos, quienes compartieron con los arqueólogos los planos de la misma”, precisó la dependencia.
La pieza, aunque carece de un asa puente-vertedera, es relacionada con vasijas de tipo chocolateras, producciones cerámicas del periodo Preclásico Tardío (300 a.C.-250 d.C.), de allí que se vuelve relevante para el estudio de los grupos tempranos que poblaron la región.
“Presenta una coloración rojiza en su exterior y un engobe negro por el interior, el cual se encuentra parcialmente cubierto por carbonatos de calcio, algo característico de los materiales recuperados en cuevas. Asimismo, observamos que su decorado parece brindar una imagen fitomorfa, similar a una calabaza”, explicó el arqueólogo José Antonio Reyes Solís, jefe de Resguardo de Bienes Culturales del Centro INAH Quintana Roo.
En el rescate junto con su homólogo Enrique Terrones González, Reyes Solís refirió que el bien patrimonial estaba en la pared oriente de la cueva, sumergido parcialmente en un sedimento suave, ya que el sitio tiene un espejo de agua que tiende a llenarse en temporada de lluvias.
“Una vez efectuado el registro fotográfico in situ y reunida la información planimétrica de la pieza, esta se retiró en un meticuloso proceso, que incluso implicó formar una cadena humana para extraerla sin daño, ya que la pequeña covacha donde yacía solo permitía el paso de una persona.
“Al retirarla de su contexto, se revisó el área circundante para tratar de localizar algún elemento asociado; sin embargo, el espacio que ocupaba fue inmediatamente anegado por agua que se filtró desde el suelo, misma que impidió revisiones a detalle en tan reducido entorno”, describió el INAH.
El elemento fue trasladado a la bodega de colecciones del Museo Maya de Cancún, en donde los arqueólogos pudieron ahondar sus inspecciones y definir que la vasija mide 13 centímetros de altura por 16 centímetros de diámetro en su cuerpo y 17 centímetros de diámetro en su boca.
Estas recuperaciones, subrayó el director del Centro INAH Quintana Roo, Margarito Molina Rendón, permiten obtener valiosa información científica, pues en lo que respecta a su contenido arqueológico, detallan rasgos de estilo, técnica, procedencia, intercambio comercial y temporalidad, por citar algunos.
Asimismo, desde una perspectiva antropológica, son testigos de identidades y territorialidades, de saberes alfareros generacionales, de usos cotidianos, prácticas rituales, mitos y, en lo general, de evolución cultural.
“Por tanto, recuperar en su contexto cualquier bien patrimonial, desde un tepalcate hasta una vasija completa, es de gran importancia para el INAH”, concluyó el antropólogo Molina.
Con base en el dictamen del INAH, será prioritario volver a la Cueva de la Cruz en época de estiaje y considerar una exploración sistemática, tanto en su parte seca como en sus cuerpos de agua, con el fin de verificar la posible presencia de otros materiales arqueológicos.
En coordinación con el proyecto Cenotes Urbanos en Playa del Carmen y la asociación religiosa, se reforzarán las gestiones y la concientización del personal del predio, con el propósito de evitar el acceso no autorizado a la formación geológica.
(Con información de INAH)