Mérida, Yucatán.- Las condiciones de conservación de los manglares de la península de Yucatán son alarmantes, ya que en los últimos 20 años se ha perdido el 30 por ciento de esos ecosistemas por la contaminación y la invasión de desarrollos urbanos, advirtió una experta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Claudia Teutli Hernández, investigadora de la casa de estudios, planteó que los cambios de uso de suelo y el crecimiento de fraccionamientos e infraestructura turística, sobre todo en los estados de Quintana Roo y Yucatán, han mermado los ecosistemas, además del impacto de la depredación.

El ritmo de pérdida de extensiones de manglares en América y El Caribe, que suman más de 200 mil kilómetros de sistemas tropicales y subtropicales, ha sido del 24 por ciento en los últimos 25 años por la sobreexplotación de los recursos, el cambio climático, la contaminación y los cambios de uso de suelo, enlistó.

“Como un ejemplo claro de lo que no se debe hacer”, mencionó al municipio costero de Progreso, donde, dijo, se promueve la construcción de asentamientos en perjuicio de humedales que, a la vez, registran inundación de basura.

Entrevistada en un receso de los trabajos del Segundo Congreso de los Manglares de América, del que es organizadora, informó que ya las comunidades han expresado inconformidad y resistencia ante el desequilibrado del desarrollo inmobiliario.

El puerto de El Cuyo –refirió– es un caso de oposición a la afectación del entorno natural de los ecosistemas, lo cual ha sido grave también en Quintana Roo.

Recordó que los cuantiosos daños que provocaron las inundaciones en 2020 por las intensas lluvias que trajo consigo la tormenta tropical “Cristóbal”, se debió en gran parte a la pérdida de manglares.

Según expuso, esos ecosistemas no sólo representan una barrera natural contra los tifones, tsunamis y huracanes, sino que la abundante vegetación absorbe el agua de las lluvias y contribuye al equilibrio de los niveles de los mantos freáticos.

Las inundaciones que afectaron gran parte de Ixil y la zona norte de Mérida fue en mayor medida por eso, recalcó la investigadora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores de la UNAM con sede en Ucú.

México es el cuarto país de América en cantidad de manglares y la perdida acumulada en los últimos 35 años, sobre todo en las dos penínsulas y en franjas costeras del Golfo y del Pacífico, ha alterado la naturaleza y la absorción de carbono.

“Es hora de que las autoridades apliquen las normas correspondientes para conservar esos ecosistemas, de lo contrario, los efectos serán más graves”, auguró.

Durante la apertura del foro, que se extenderá hasta el próximo viernes, fue patente la ausencia de autoridades federales y estatales, responsables de la aplicación de leyes y reglamentos de desarrollo urbano y conservación de ecosistemas.

En un documento público los especialistas coincidieron en que los manglares representan un importante almacén de carbono azul, componente clave en los acuerdos internacionales para la reducción de los Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Mediante los programas como REDD+ y los mercados de carbono, cada país puede cumplir con los acuerdos de París para reducir los efectos del cambio climático, asentaron.

(LectorMx)