Mérida, Yucatán.- Especialistas y defensoras del agua advirtieron que este recurso en Yucatán se encuentra en grave riesgo por la explotación irracional y desequilibrada de parte de la industria y la creciente población.
La extracción ocurre en “considerables volúmenes” y su retorno al subsuelo es sin tratamiento y muy contaminada.
Teresa Vaught Charruf, representante del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán y Rosario May Pech, investigadora, coincidieron por separado en que no hay medidas oficiales efectivas para detener el proceso de depredación hídrica, el cual se ha dado de manera acelerada en las últimas décadas.
La primera refirió que se invierten cuantiosos recursos en la promoción de Yucatán como destino para el turismo, futuros asentamientos humanos e inversión en industrias, pero no se hace en la preservación y cuidado del agua.
Como prueba de este manejo irracional de los recursos hídricos, comentó que en Yucatán operan cerca de 500 granjas porcícolas y sólo 20 de ellas cuentan con estudios de impacto ambiental y llevan al cabo procesos de tratamiento, pero el resto, afirmó, tiran los desechos.
Las mega granjas, incluidas las avícolas, están asentadas muy cerca de los cenotes, violando todas las leyes que protegen la naturaleza y también la salud de la población, un problema en el que el gobierno estatal no ha hecho nada para cambiar las cosas pero sí actúa con mucha simulación, añadió.
Esta situación, recalcó, se extiende en las industrias avícolas y cerveceras, así como en la inmobiliaria, que registran crecimientos en sus operaciones, por lo que consumen cada vez más agua y la devuelven contaminada.
Tales industrias y en particular los desarrollos inmobiliarios verticales presentan un crecimiento voraz en sus actividades sin entendimiento y sin prevención alguna, advirtió Vaught Charruf.
El problema es más grave, explicó, si se toma en cuenta que la ciudad de Mérida carece de un sistema de drenaje, por lo que los residuos se van directamente a los acuíferos mediante pozos o fosas sépticas.
La ciudad y en general los sistemas hídricos del estado no están preparados para resolver retos y complicaciones y, de no hacerse nada, nos coloca al punto del colapso, compartió en entrevista.
Mencionó que la apicultura y en general el campo en Yucatán está abandonados, invisibles y las políticas locales sólo se enfocan a las mega industrias, lo cual se extiende a comunidades mayas que continúan, apuntó, desprotegidas.
En cuanto al conflicto en la granja porcícola de Kekén en la comisaría de Sitilpech, municipio de Izamal, justificó la movilización de agrupaciones sociales y ambientales ante el silencio oficial.
A su vez, May Pech declaró que las empresas cerveceras y las granjas de pollo y de cerdos están violentando las normas ambientales, de tal forma que la sangre, los orines y excrementos se vierten al subsuelo para posteriormente llegar a la costa norte.
Explicó que los suelos kársticos de la península de Yucatán son muy vulnerables a la contaminación de los mantos acuíferos, que representan, aseguró, una de las reservas de agua dulce más importantes del planeta, aunque limitadas.
Como economista, con una maestría vinculada al medio ambiente, aseguró que el valor actual y futuro del agua es mayor que todo lo invertido en las industrias.
Auguró que en el futuro el precio del vital líquido será mayor que los del petróleo y del oro.
La población, añadió, está en un riesgo muy grande y latente de quedarse sin agua y la gente no se ha dado cuenta y actúa como si no pasara nada, pese al alto valor del vital líquido, que es como tener una mina de oro pero no la cuidamos.
“Si no hacemos algo, si no difundimos este problema, nuestros hijos tendrán que sufrir las consecuencias. El colapso vendrá con mucha agua contaminada y mañana o en algunos años más vamos a enfrentar enfermedades y se va a convertir en un verdadero problema de salud pública”, alertó.
(LectorMx)