Mérida, Yucatán.- El Castillo de Chichén Itzá, el Templo de las Siete Muñecas de Dzibilchaltún y el Arco Falso del Grupo Ah Canul de Oxkintok carecen de alineación para determinar equinoccios, ya que la función de estos tres edificios mayas es determinar fechas importantes para la cronología, la agricultura y la religión maya, así como el ciclo de Venus, coincidieron especialistas del Centro Yucatán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El arqueoastrónomo Orlando Casares Contreras reconoció el gran arraigo que prevalece con respecto a estas estructuras precolombinas como “marcadores” en la entrada de la primavera y del otoño, debido a una abundante y añeja publicidad, por lo que la gran mayoría de las personas aún cree en esas teorías.

“Es tan arraigada la creencia que sirvieron para marcar los equinoccios, y situación similar ocurre con Xtab, que a pesar de las pruebas son numerosas las personas que creen que es la diosa maya del suicidio”, asentó en el marco del Séptimo Simposio de Cultura Maya Ichkaantijoo.

En compañía de la investigadora Venus Estrella Cabrera, destacó el simbolismo del calendario y la influencia planetaria en El Castillo, el Templo de las Siete Muñecas y el Arco Falso, ya que marcan específicamente el 4 de marzo y el 9 de octubre fechas que nada tienen que ver con las estaciones del año.

Al hacer las mediciones en el Arco Falso se constató que las fechas clave de alineación son el 3-4 de marzo y el equidistante 8 de octubre, por lo que ambas son de importancia calendárico-astronómica.

A partir del 8 de octubre al evento solar más cercano es el solsticio de invierno, con 73 días para que pueda llegar y cifra similar para que vuelva a ocurrir, es decir faltan 219 días para completar el ciclo de 365.

Casares Contreras remarcó que el 73 es un número mágico para las culturas prehispánicas, el cual permite dividir el año solar maya en cinco partes iguales.

(LectorMx)