Mérida, Yucatán.- Doña Sarita tiene 91 años de edad y no puede caminar ni moverse por sí sola, necesita ayuda frecuente y cuidados.
Pese a las condiciones físicas y metabólicas de la abuela, ninguna de sus dos hijas e hijos quieren tenerla.
Por tercera ocasión, la mañana de este martes, Sarita fue abandonada en la vía pública.
La hija de nombre Victoria tomó las pocas cosas de la madre, las subió a una camioneta y llevó a esta al antiguo domicilio de la calle 83 por 74 y 72 del centro.
Como la otra hija no se apareció, se desconoce si estaba en el predio, Victoria dejó a su mamá en la puerta sobre la escarpa.
“Le estoy preguntando: ¿Dónde me llevas? No me quiso decir…”, narró la afligida dama.
La casa donde fue trasladada estaba cerrada. Sarita, entre llantos, gritaba que no la dejaran allí.
Los vecinos escucharon el ruido y se acercaron a ver qué sucedía.
La nonagenaria es conocida por el rumbo, ya que pasó muchos años en esa vivienda que –según comentó– sus hijos se la quitaron.
A los residentes aledaños contó lo que había pasado y estos avisaron a las autoridades.
Elementos de la policía estatal se presentaron y platicaron con un joven que se identificó como sobrino de la señora.
El muchacho ofreció apoyar averiguando qué costo tendría un albergue para poderla ingresar, pero a futuro.
La doña pidió a una agente que por favor la llevaran con hermanos que viven en Oxholón, comisaría de Umán. Los oficiales accedieron a la solicitud para transportarla al lugar que mencionó.
También notificarán el caso a las instancias competentes para las investigaciones y deslinde de responsabilidades por abandono de persona de la tercera edad.
De acuerdo con la afectada, su hija Victoria cobraba la pensión de adultos mayores y no le daba un solo peso.
(LectorMx)