Mérida, Yucatán.- Doña Dolores Interian May de 109 años, quizá es la única testigo con vida de la rebelión maya contra la esclavitud en las haciendas henequeneras de Yucatán, que se vivía en la entidad en la época de la revolución mexicana.

Oriunda de una comisaría llamada Balantún, perteneciente al municipio de Izamal, nació en abril de 1906 siendo la más grande tres hermanos.

dolores_109anios2Hija de un jornalero que trabajaba en una hacienda en Timucuy al oriente del estado, acompañó a su padre en unos de los capítulos más oscuros de la historia de Yucatán, pues fue hasta la edad de los 13 años que pudieron regresar a su pueblo natal, pues el reparto de tierras entre los campesinos había sido logrado por Felipe Carrillo Puerto, quien fue uno de los principales libertadores del pueblo campesino.

Entre otras vivencias de esas épocas, conoció de cerca a la llamada “Monja roja del Mayab”, Elvia Carrillo Puerto, que luchó por los derechos feministas y ocupo el primer cargo público en la política por una mujer.

dolores_109anios3Doña Dolores tuvo tres hijos, pero solo le sobrevivió una quien es Rita María May y quien le dio 10 nietos, 10 bisnietos y 13 tataranietos. A lo largo de su vida vivió varios años en la Ciudad de México y luego regreso a la Mérida en la colonia Dolores Otero, donde vivió gran parte de su existencia.

Desde hace 19 años se cambió a la colonia centro y su nieta, Silvia Cuevas May, se hace cargo de ella. Tiene que hablarle al oído pues tiene problemas de audición y comenta que a su abuelita le gusta la música, aunque se para con ayuda no pierde el sentido de la felicidad y se pone a bailar cada vez que un ritmo le llega al corazón.

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(FOTOS: CUAUHTÉMOC MORENO)