Por María del Mar Boeta

¿Por qué se ha minimizado los asesinatos de mujeres periodistas por el gobierno, sociedad y la misma prensa? ¿Por qué en Yucatán sí hay casos de violencia pero sin registro? ¿Por qué persisten las condiciones de desigualdad en el ámbito laboral de las redacciones y periódicos? ¿Por qué las mujeres tienen que cumplir con ciertos cánones de imagen para definir su posición en los medios de comunicación?

Estas y otras preguntas fueron parte central del foro “Libertad de expresión y derecho a la comunicación de las mujeres en México”, realizado la mañana del sábado 30 de abril en la Unidad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Yucatán.

El evento fue organizado por CIMAC (Organización e Información de la Mujer AC, periodismo con enfoque especial en la perspectiva de género) y contó con la participación de la periodista Rosario Nieto, de Cirenia Celestino Ortega, coordinadora de Estrategias de Comunicación y el Observatorio de Medios y Fabiola González Barrera, de Redes de Periodistas y Programa de Libertad de Expresión y Género.

mujeres_periodistas2En Yucatán sí hay violencia de género contra las periodistas. De los 32 estados del país ninguno está libre de este fenómeno y la ciudad de México encabeza la lista con un 26%, y Oaxaca con un 14% y Veracruz con un 13%. De acuerdo con los casos documentados por CIMAC, los principales agresores son los funcionarios públicos.

Ante representantes de diferentes medios de comunicación locales e investigadores, las panelistas presentaron los resultados de tres líneas de estudio: Violencia contra periodistas, condiciones laborales y representación mediática.

En México se considera la muerte de mujeres periodistas como “gajes del oficio”, alejando las posibilidades de justicia y reparación de daños personales, indicó Cirenia Celestino. La investigadora añadió que en el control de los medios de comunicación prevalece la presencia masculina lo que influye en el enfoque de la noticia publicada.

Si poco a poco se abriera el espacio a representantes del género femenino la orientación de la información, generalmente siempre bajo una visión patriarcal, tendría un cambio independientemente de la formación individual, añadió.

El país es una de las naciones más peligrosas para ejercer el periodismo, declaró la ONU. Y el Estado utiliza la violencia de género contra las periodistas, enfrentándose a desventajas y desigualdades diariamente en su centro de trabajo a pesar de que la mayoría tienen un nivel de escolaridad más alto en comparación con sus colegas hombres. Sin embargo, lo último no se refleja económicamente ni en un puesto más alto, revela el estudio de CIMAC.

Celestino y González señalaron que las investigaciones arrojaron que la mayoría de los periodistas actualmente trabajan en más de un medio de comunicación por la diferencia de ingresos, comprobándose que a mayor ingreso laboral menor participación femenina. A pesar de estos datos, se mantiene la invisibilidad en las notas publicadas por las mujeres, quedando sólo un 37% de notas trabajadas por ellas.

La Seguridad Social también es un reflejo de desigualdad porque sólo un 54% de la población encuestada cuenta con Seguridad Social y un 26% son mujeres y 28%, hombres. La edad promedio de las mujeres violentadas es de 30-34 años.

Las panelistas destacaron el poder de los medios de comunicación en el pensamiento de la sociedad porque ayudan a erradicar o perpetuar la desigualdad. “Si un niño ve en una telenovela que se golpea a una mujer, creerá que es correcto”, explica Cirenia.

El foro organizado en la Unidad de Ciencias Sociales se enriqueció con las aportaciones y experiencias de los participantes, mostrando que no hay mucha diferencia de realidades en los diferentes ámbitos del país.

Para más información sobre el tema se puede consultar en: http://www.cimac.org.mx/