Mérida, Yucatán.- La integrante de la organización defensora de los derechos humanos Indignación A.C., Martha Capetillo Pasos, describió hoy que la policía estatal actuó “con mucha furia” contra el pueblo de Chablelkal.
Arrestada junto con su compañero, Jorge Fernández Mendiburu, cuando realizaba labores de observación en el desalojo violento de un domicilio particular en la localidad de Chablekal, la activista reprobó la actuación de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
“Dispararon una cantidad de gases lacrimógenos; no te puedo decir si fueron 60 disparos; ¡minaron Chablekal de gases lacrimógenos!”, explicó al recapitular la irrupción de la corporación.
“Algunas mujeres, fue muy dramático porque salían a la calle para que los policías se dieran cuenta cómo estaban los niños afectándoles. Había niños, nenes llorando; fue una cosa tremenda”, detalló en entrevista.
“Y, además la policía, tiraba algunos gases directamente a la cara de algunas personas; hay un compañero que tiene la mano quemada, porque metió su mano cuando le estaban lanzando (el cartucho) prácticamente a la cara”, deploró.
La activista señaló que a los oficiales la interceptaron con intimidación.
“A mí un policía me agarra del pelo y me grita: a ti te voy a romper la madre. Estaban muy molestos por el trabajo de observación, por la documentación, por tomar fotos y porque no nos retirábamos de allí, a pesar de que ellos querían limpiar prácticamente la plaza”, relató.
Capetillo Pasos afirmó que “fue un despliegue de fuerza desproporcionado, un autoritarismo y una prepotencia pues bárbara”.
Respecto a cinco aprehendidos en una lonchería, acusó que se trata de una detención absolutamente arbitraria e ilegal, ya que no tiene ningún sustento.
“No hay nada que pueda inculpar a esas personas que ni siquiera estaban en el lugar de los hechos”.
Al referirse a la diligencia de desalojo, mencionó que la propia comunidad lo considera “muy injusto”, ya que es habitado por un hombre de más de 90 años de edad.
Citó incluso que la policía allanó la iglesia católica, al brindar la barda e ingresar al atrio, en la persecución de los pobladores inconformes.
Por ahora, en Chablekal, unos 10 kilómetros al norte de Mérida, la situación se encuentra tensa, pero hay calma.
El inmueble, número 104 de la calle 20 con 21 de Chablekal, colinda con la plaza principal, y entre otros es ocupado por Salvador Euán Chi, de 96 años de edad; su hijo Paulino Euán Kumán, de 62 años, así como la señora Mili Esther Uh Canché.
Según vecinos, Antonio Chalé Euán, “Malaco”, sobrino del propietario del predio, falsificó firmas y vendió la propiedad a Román Zapata Brito, quien promovió la orden de desalojo.