Yucatán.- Luego de siete semanas de trabajo ininterrumpido, llegó a su fin la perforación del Cráter de Chicxulub, cuya labor fue suspendida por la falta de recursos, informó el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Jaime Urrutia Fucugauchi.

Resaltó que los trabajos de la “Expedición 364 Cráter de Chicxulub K-Pg” concluyen al agotarse el presupuesto, por lo que apenas se alcanzó el 89 por ciento de la meta establecida.

Aclaró que en el lapso de esta semana se retirarán los componentes de perforación del buque-plataforma L/B Myrtle Clase 364, el cual está a 32 kilómetros de la costa de Sisal, por lo que se da por terminado el proyecto en el que participaron especialistas de diversos países del mundo.

Remarcó que el trabajo vio su fin una semana antes de los programado, y se alcanzó una profundidad de mil 334.79 metros, cuando le meta era de mil 500 metros. En seis semanas se obtuvo cerca de 300 columnas ExplicquóExplicó que se empleó una sonda para recabar datos petrofísicos que ayudarán a la conformación del Perfil Sísmico Vertical (PSV), como complemento de la labor efectuada.

Al finalizar la fase de perforación, la cual fue conducida por el Consorcio Europeo de Perforación Científica (ECORD, por sus siglas en inglés) como parte del Programa Internacional de Investigación del Océano (IODP), se entra a una nueva fase.

Mencionó que el proyecto inició el pasado viernes 8 de abril, contando con un techo financiero de 10 millones de dólares, pero el presunto se agotó, motivo por el cual se tuvo que suspender la labor de perforación.

A este monto se le suman los gastos de grupos de investigadores, barcos, entre otros conceptos utilizados para el desarrollo de la investigación.

Por lo pronto, las columnas de material pétreo permanecerán custodiadas y posteriormente se enviarán a Bremen, Alemania, donde serán analizadas de manera minuciosa a partir del próximo 21 de septiembre.

Indicó que se cuenta con el material para abarcar los diversos tópicos correspondientes a la investigación internacional, como es el caso de la formación de los anillos de picos, la duración de la reaparición de la vida en el lugar de impacto, etc.

Entre las interrogantes que buscan resolver está  que si las rocas que forman el anillo central provienen de la parte media superior o de la corteza baja, además de la habitabilidad de la zona, pues se pretende saber si había una intensa actividad hidrotermal en las rocas que forman el anillo central, de haber sido así, ¿cuánto tiempo duró?, ¿qué tipo de vida microbiana colonizó el anillo central?, ¿era diversa y/o exótica? y ¿fue moldeado por el sistema hidrotermal postimpacto?

Del mismo modo, la recuperación de la vida, ya que después del impacto, ¿cuánto tiempo transcurrió para que el océano recuperara sus condiciones normales?, ¿la diversidad se recuperó gradualmente o toda la comunidad retornó simultáneamente una vez que el medioambiente se estabilizó?, ¿cuál es la relación entre los sobrevivientes al evento de impacto y las formas de vida que evolucionaron?

Los científicos también están interesados en los cambios que ocurrieron a través del llamado “Máximo Termal Paleoceno-Eoceno”, el cual ocurrió 10 millones de años después del impacto”, proyecto a cargo de Ligia Pérez Cruz, del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).