Mérida, Yucatán.- Pocos yucatecos como Pablo Raúl Borges Franco han dedicado la mayor parte de su existencia a servir, auxiliar, a prestar ayuda a quien más lo necesita, incluso en los momentos en que la vida pende de un hilo, como él lo hace desde la Cruz Roja desde hace 37 años.

Es Día del Socorrista, ocasión para reconocer la labor de los voluntarios de la Cruz Roja en cualquier parte del mundo, pero don Pablo se toma las cosas en serio, recibe su diploma de manos de la titular de la institución, Michelle Byrne de Rodríguez, y se dispone a volver a su puesto de labor.

Todos sus compañeros lo conocen como un hombre de trabajo, de nobleza, modesto en sus comentarios pero entregado en las acciones de auxilio y de ayuda a las personas accidentadas o en estado de gravedad por enfermedad.

“Lo único que hago es apoyar a quienes lo necesitan”, recalca en entrevista.

“No cobramos un solo quinto.  Lo hacemos porque queremos ayudar al prójimo, pero para eso hay que capacitar los nuevos, a los que se interesan en esta labor y así seguir impulsando a la Cruz Roja de nuestro estado”, comenta el socorrista nacido en Mérida, acerca de brindar  pronta  ayuda a las víctimas de un accidente o padecimiento.

socorrista_don_raul2No tiene idea de cuánta gente ha atendido, salvado, en sus casi cuatro décadas de desempeño como voluntario, pero don Raúl, con su uniforme azulgrana en el que destaca el emblema de la institución,  dijo estar decidido a continuar con su labor “hasta que Dios quiera y me dé fuerzas”.

Borges Franco es de los socorristas más activos en la salida de ambulancias. De acuerdo con el informe de actividades rendido por Javier Sonda, coordinador en Mérida de la institución, en 2015 se ofrecieron cuatro mil 196 servicios y en el primer semestre de este año ya suman dos mil 478 atenciones de ayuda, auxilio o servicio a los ciudadanos.

Pese a ser día de festejos, en los que recibió la distinción junto con otros compañeros por su entrega desinteresada en la labor de la Cruz Roja, don Raúl saludó a sus compañeros y en vez de compartir los tacos y refrescos, comentó que mejor prefiere estar listo en la base para atender cualquier llamado de emergencia.

(Jesús Mejía)