Mérida, Yucatán.- Son las 10 de la mañana del 31 de agosto de 2016. Don Ramiro Pech observa la larga fila en el exterior de una institución bancaria del Centro Histórico y pregunta a una señora si es para entrar al edificio. Le responden que sólo es para los cajeros colocados en los costados.

Asiente, da gracias con la cabeza  y se acomoda el sombrero de guano. Ahora le pregunta al policía bancario: ¿No sabe si ya depositaron a los pensionados?  A lo que oficial responde amablemente que no sabía pero podía entrar a preguntar.

Para llegar con el ejecutivo que  cuestiona qué operación se va a realizar, tiene que esperar que cuatro o cinco personas respondan antes que él.   Al llegar su turno obtiene un “No señor, hasta mañana, que es 1 de septiembre”.

Don Ramiro comenta que tenía la esperanza que depositaran antes porque ya necesita el dinero, resultado de 34 años de trabajo en una maquiladora. “Tengo 66 años y aún tengo ganas de trabajar pero ya no puedo hacerlo ahí”, cuenta.

“No me va a quedar de otra que venir muy temprano mañana para cobrar mi dinero. Me voy a tener que levantar muy temprano porque aunque el banco abre a las 9 de la mañana las personas vienen casi desde las 7 para ocupar su lugar y cobrar su dinero”, añade. “Aquí (la institución bancaria) ya están preparados para estos días y he visto que empleados piden que primero entren los pensionados”.

Rogelio Pérez, de 74 años,  explica que a pesar de que las pensiones por jubilación supuestamente deben corresponder a tu salario realmente es lo que el patrón declara en el Seguro Social y muchas veces es el mínimo lo que se paga.

“Entonces, ahí viene  el grandísimo desengaño cuando alguien se jubila y ve la cantidad que realmente le toca.  También están los impuestos, digamos que tienes que recibir $3,000 al mes pero con lo que te descuentan queda en $2,400. Es un gran engaño”.

Para tener derecho a una pensión  por edad avanzada se debe de tener al menos 500 semanas cotizadas ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) , tener un mínimo de 60 años ( o 65 si la pensión es por vejez) y quedar privado de trabajo remunerado, según la definición ofrecida por la institución.  La pregunta es: ¿La cantidad recibida  es suficiente para cubrir los gastos mensuales?

Don Rogelio indica que no, por lo que vende terrenos- “terrenitos pequeños, no grandes”- para poder obtener el ingreso extra que ya no recibirá  el salario de 28 años como responsable de un departamento de contabilidad.  El ahorro le parecía difícil porque siempre salían gastos imprevistos.

“Definitivamente no, no me da, porque el dinero es el mismo y el precio de las cosas sigue subiendo. ¿Ya vio que en septiembre volverá a subir la gasolina? Mis nietos trabajan pero no tienen prestaciones”.

(María del Mar Boeta)