Mérida, Yucatán.- La pregunta “¿Y dónde vas a pasar El Grito?” se vuelve tema principal de toda plática conforme se acerca el 15 de septiembre. Los restaurantes ofrecen distintas promociones para que los clientes los elijan como sitios de reunión, hay quienes prefieren permanecer en casa como cualquier día normal y otras familias deciden reunirse alrededor del pozole.

“No recuerdo si mi familia se ha reunido desde siempre pero en los años recientes sí”, señala Stephany Herrera. “La fiesta normalmente es en casa de mi abuela paterna o con la  de su hermana. Decoramos la casa con motivos patrios y también lanzamos El Grito”, explica.

Desde la semana pasada, Belén Domínguez planea con su esposo y hermanos la división de las botanas, bebidas y la preparación del pozole, que debe  ser para 15 personas  y contemplado doble ración para cada uno. “Y si es posible que sobre para el día siguiente”, añade entre risas.

“Nosotros no necesitamos pretexto para vernos,  somos muy unidos. La diferencia es que sabemos que para el 15 de septiembre comeremos pozole”, cuenta.

“Ya no nos gusta ir a El Grito en la Plaza Grande porque ya va muchísima gente, luego no puedes ver nada y no hay dónde estacionar… mejor aquí en la casa. Yo lo cocino pero sí hacemos colaboración entre toda la familia para la compra de los ingredientes porque sí resulta muy caro. La carne de cerdo cada vez está más cara”.

Otras personas comparten que no les gusta este platillo pero que sí acuerdan reuniones con sus seres queridos. “La comida es lo de menos, lo que importa es que estemos todos juntos”, dice José Miguel. “Saben que no es de mi agrado y me compran carne de pastor, y ya está. No contratamos mariachi ni ponemos música mexicana, es únicamente el placer de convivir”, finaliza.

(María del Mar Boeta)