Mérida, Yucatán.- Pese a que le mutilaron las manos y recibió un balazo en la columna vertebral que lo dejó paralizado de por vida, Antonio Pérez Flores está reconciliado con el destino, con muchas ganas de aprender y desde su silla de ruedas dice que está dispuesto a servir.

“Antes era ganadero, pero recibí un disparo en la columna y me mutilaron mis dos manos unos delincuentes en el estado de Chiapas”, relata lo sucedido hace 19 años en su estado natal.

De 45 años de edad, Pérez Flores no se inmuta en contar lo sucedido, la agresión que sufrió por parte de unos malhechores, porque dice que desea transmitir su experiencia como un caso de superación personal, así como combatir la inseguridad y la violencia.

Feliz de formar parte de la policía estatal, Pérez Flores fue presentado ante los meridanos como un ejemplo de fortaleza ante la adversidad en la pasada Feria de la Inclusión, en la que centenares de personas expresaron con intenso aplauso su espíritu de lucha.

Antonio Pérez dice estar consciente de su responsabilidad como agente de la SSP. Desde su silla de rueda, extiende a lo alto sus brazos mutilados, sin vergüenza, ya que dice, no hay nada que ocultar, y sí mucho que decir, aconsejar a la gente en materia de prevención del delito.

Uniformado, siempre desde su silla de rueda, encara con buen humor cualquier clase de preguntas. Dice que está dispuesto a aprender, pero también a dar lo mejor de sí para orientar a otras personas que se encuentren en situación de desgracia.

¿Qué va a hacer en la SSP?  Se le inquiere, a lo que responde, no sin antes acomodarse la gorra: “voy a dar pláticas de motivación entre mis compañeros. No sé exactamente cuándo todavía, pero estoy dispuesto a empezar de inmediato”.

Y en su silla de ruedas, Pérez Flores se perdió entre el gentío que acudió a dicha feria y a otros eventos en el siempre concurrido Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI.

(Jesús Mejía)