Mérida, Yucatán.- Contrario a los pronósticos más extendidos, el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STYPS), Alfonso Navarrete Prida, afirmó hoy México tiene capacidad para enfrentar con éxito las deportaciones masivas de connacionales en Estados Unidos.
“Hay que venir a la realidad; la realidad es que desde hace 10 años hay más mexicanos que regresan de Estados Unidos que los que entran”, señaló.
Sólo en el presente año, adelantó, serían 137 mil migrantes repatriados, de los dos millones 500 mil que han retornado durante la administración del presidente Barack Obama.
A la fecha, estimó que 11.5 millones de mexicanos siguen en la unión americana.
“Nosotros hemos pedido una migración ordenada con respeto de derechos laborales”, aseveró en conferencia de prensa.
“La realidad, repito, nos dice: que ese regreso masivo de mexicanos, que lo podemos nosotros absorber como ha sucedido, que estamos listos para ello”, insistió.
El funcionario pidió “esperar a ver qué sucede” con base en lo registrado en la última década.
Aclaró que los migrantes responden a una realidad económica, por las oportunidades de empleo y porque se necesita su mano de obra.
Al término del acto inaugural de la 38 Reunión Anual del Servicio Nacional de Empleo, minimizó las amenazas del estadounidense Donald Trump y el eventual impacto de sus políticas.
“No vemos una crisis económica el año que entra en el país, está lejos que eso ocurra”, externó.
Y enlistó sus argumentos: las más altas reservas en dólares e inflación más baja en la historia de México, la más alta tasa de empleo, baja en la informalidad y que los cambios en la paridad cambiaria no han afectado el índice inflacionario.
“Y el país más educado de su historia; no hablo de calidad, de cantidad de mexicanos educados. Estamos en condiciones de enfrentar el futuro”, acotó.
Respecto a la discusión en torno al Tratado de Libre Comercio (TLC), apuntó que México también tiene cosas que abordar y replantear como las tecnologías de la información y el uso de internet, que no estaban antes.
“El tema es la actitud; si lo que queremos es seguir teniendo un mundo globalizado, donde al final el consumidor salga beneficiado con empleos para ambas partes o si queremos regresar a la cerrazón de regresar a hacer bloques comerciales donde se cierran los países y pierden los consumidores finales. Eso es un problema, no es una crisis.
“Y estamos dispuestos a afrontar ese problema con diálogo, con respeto, con actitud y posiciones y argumentos que yo estoy seguro que la realidad va imponer, porque ese es el signo del mundo”, precisó.
En refuerzo de su tesis, citó que la estabilidad macroeconómica, finanzas públicas sanas y las reformas estructurales hacen al país más resistente y preparado para enfrentar mejor la situación.
Contrastó, por ejemplo, que Latinoamérica este año va cerrar con menos 1.5 de crecimiento y México lo hará en casi el dos por ciento.
Del reciente incremento al salario mínimo, defendió que no obedece a una ocurrencia anual, sino es producto de un programa que se planteó en el Plan de Desarrollo.
“Esos siete pesos, que parecen poco, en porcentaje representan casi un 10 por ciento de aumento, y eso no se había dado desde hace más de 40 años”, comparó.
En ese lapso, abundó, (el salario mínimo) siempre fue debajo de la inflación y hasta llegar a un 75 por ciento de pérdida del poder adquisitivo del salario.
“Con este aumento, lo que ya se venía haciendo en el sexenio, por primera ocasión en seis sexenios hay una recuperación del poder adquisitivo del 15 por ciento”, repuso.
El secretario pidió ver esa medida como un paso muy importante, ya que tampoco generará inflación ni influirá en los salarios contractuales.
“Es mentira que digamos que con esto alcanza para que una familia esté bien, no es cierto, pero también reconocemos que vamos en el camino positivo y creo que es donde debemos concentrarnos, que se mejore el año que entra, que haya más productividad, que esto no sea costa ni de que aumenten los precios ni de desempleo”, aceptó.
Además, mencionó el “buen diálogo social” ha permitido tres años y dos meses sin huelgas, por primera vez en la historia del país.
(LectorMx)