Mérida, Yucatán. – “Las guerras en el mundo se deben decidir sobre un tablero de ajedrez”: Los campeones Anatoly Karpov y Garry Kasparov.
El alfil, la Reina, el Rey, los peones y caballos se mantienen firmes. La retirada no está contemplada sino todo lo contrario, sus pasos cada vez son más sólidos.
Del 15 al 20 de diciembre, la capital yucateca es sede del torneo internacional “GM Carlos Torre Repetto in Memorian” en su vigésima octava edición, en una convocatoria que reúne a más de 500 participantes y asistentes de 28 entidades federativas.
Las sedes de las competencias: el Museo Macay, Hotel Gamma Inn y el Salón de la Historia del Palacio de Gobierno, lucen estos días repletos de rostros concentrados cuyas miradas no se despegan del tablero.
El silencio es obligatorio, los teléfonos celulares prohibidos, aunque no pasa desapercibido el murmullo y risas de los niños cuando no están compitiendo.
Jorge Balam Díaz, jugador, cronista con 40 años de trayectoria, juez y autor del libro “El ajedrez en Yucatán”, asegura que, a pesar del auge de las redes sociales, los videojuegos y los entretenimientos de internet, este deporte cobra cada vez más auge.
“Ha ocurrido todo lo contrario. Hay un movimiento nacional que lo promueve, parece que alguien se dio cuenta de lo benéfico que es el ajedrez y actualmente hay un proyecto para que forme parte de las escuelas de nivel básico y los alumnos aumenten su rendimiento en matemáticas.
“Los niños están muy conscientes de que es bueno. Hemos visto cómo les piden a sus papás que compren un tablero y éstos les responden: Déjalo, es para gente grande, es aburrido o alegan que no hay dinero, aunque sí se invierte en tabletas”.
Balam añade que erróneamente se considera que es sólo para inteligentes.
“No hay nada más alejado que la realidad. Lo que ocurre es que quienes lo aprenden y empiezan a jugarlo sistemáticamente se potencian sus neuronas, destacan en los estudios y sube su rendimiento escolar, especialmente en números.
“También contribuye mucho a estabilizar a los niños hiperactivos, motiva a reflexionar, a tomar decisiones con calma y ser pacientes. Un experto lo recomendó para enseñarlo a los reclusos violentos porque canalizan sus energías sobre el tablero”, puntualiza.
A su vez, el árbitro, maestro y entrenador de talento deportivo de ajedrez Miguel Ricardo Sosa Pérez explica que internet ha contribuido favorablemente a difundirlo.
“Antes del surgimiento de las redes, las publicaciones en impreso eran diez veces más que las de otros deportes. Ahora se expande mucho más.
“Al contrario de los videojuegos propicia un pensamiento profundo, más de análisis y síntesis, que requiere cierto esfuerzo. Los otros propician una idea más reactiva y automatizada”, explica Sosa, quien ha arbitrado los torneos Carlos Torres Repetto en numerosas ocasiones.
Jorge Balam posee un puesto de venta de artículos del deporte en Plaza Diamante, conocida como “La casa del ajedrez”. En este lugar se encuentra desde hace seis años el Club de Ajedrez Independiente “Bobby Fisher”.
Allí hay mesas para jugar gratis todo el tiempo que uno quiera. No cualquiera le apuesta al ajedrez, aunque esto sólo se puede hacer aquí en Mérida, explica.
Menciona que en Yucatán hay cultura ajedrecista y cita que, por ejemplo, Alejandro Preve Castro fue un visionario e invirtió muchísimo en cumplir su sueño de “masificarlo” en el estado.
“En el club ‘Bobby Fisher’ tenemos una guerra permanente contra las adicciones en niños y jóvenes. Nos da tanta pena ver que se desconectan para prenderse a la tableta, un celular o a la televisión.
“Queremos que ejerciten las neuronas y es difícil encontrar una herramienta más valiosa que el ajedrez. Con él pueden aprender geometría, aritmética, matemáticas porque en cada jugada calculan las consecuencias de su movida y la respuesta de su adversario”, resume.
(María del Mar Boeta)