Por Jesús Mejía

Mérida, Yucatán.- El arzobispo Gustavo Rodríguez Vega manifestó en su homilía dominical su abierto rechazo a lo que llamó “la idolatría de dioses falsos” que comercializan tiendas de artículos de brujería y magia negra, donde promueven la llamada “Santa Muerte” y a “Jesús Malverde”.

En el tercer domingo del periodo de Cuaresma discrepó de los que llamó “falsos dioses”, en particular la “Santa Muerte” cuyo culto es creciente, incluso con fecha formal cada 2 de noviembre, ocasión en que se reúnen creyentes en una boutique de artículos esotéricos ubicada en la colonia Mercedes Barrera de Mérida.

De manera paralela a la tradición de los Fieles Difuntos, ese día también cientos de adeptos se concentran en torno a las efigies de la Santa Muerte instaladas frente al Panteón Xoclán, incluso llevan mariachis como parte de la veneración.

Ante la proximidad de la Semana Santa, el jefe católico en el estado reconoció la presencia de ese tipo de idolatría, toda vez que esa imagen en esculturas de yeso policromadas se expende en comercios del centro de la ciudad con gran demanda.

En la clandestinidad, conocidos capos de la droga como Osiel Cárdenas Guillén y Daniel Arizmendi López rendían devoción a la cadavérica figura. Ahora, sus devotos la muestran sin pudor alguno en sus domicilios e incluso los comerciantes venden réplicas en cualquier tienda de objetos religiosos.

El propio Papa Francisco condenó en su visita a México en el 2016 ese culto, al argumentar que “hay tantos que seducidos por la potencia vacía del mundo, exaltan las quimeras y se revisten de sus macabros símbolos para comercializar la muerte”.

Desde el altar de la catedral de San Ildefonso, Rodríguez Vega advirtió hoy: “No hemos de creer en oraciones supuestamente milagrosas con las que podamos conseguir lo que queramos, pues la única oración auténticamente cristiana dirá: hágase, Señor tu voluntad”.

“Jesús Malverde” es otro de arraigo popular, sobre todo en el norte del país, y refiere a un bandolero que vivió de 1870 a 1909 y desde entonces es señalado como el santo de los narcotraficantes, de tal forma que su santuario se encuentra en Culiacán, Sinaloa.

Ante la concurrencia, el arzobispo de Yucatán para parafraseó versículos del Deuteronomio: “Escucha, Israel, el Señor es nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza”.

Explicó también que las imágenes de los santos en la Iglesia “son los retratos de nuestra familia, de los que ya llegaron al cielo para adorar eternamente a Dios. Y por supuesto que, nosotros en la Iglesia no adoramos a nuestros santos; sino que los amamos, tratando de imitarlos”.

Al final de su mensaje, llamó a los fieles a proteger y cuidar a las personas de la tercera edad, a los abuelos.

“Tristemente, me acabo de enterar de un caso en un pueblo de Yucatán, donde un padre de familia heredó en vida (un patrimonio) a sus hijos, y luego éstos lo echaron de la casa para empezar a vivir en ella”.

“El padre tiene alrededor de ochenta y cinco años, pero sus hijos, por amor al dinero, lo mandaron a un cuarto mal acondicionado y mal techado, exigiéndole que se llevara sus cosas. Cuántas veces el amor al dinero divide a las familias o lleva a cometer gravísimas injusticias”, expresó.

(LectorMx)