Mérida, Yucatán.- En el Concierto de Año Nuevo, el primero de los 13 programados para esta primera temporada 2017, la Orquesta Sinfónica de Yucatán no sólo cautivo al público con valses y danzas eslavas y noruegas, sino lo hizo participar en la interpretación de la música con sus palmas y manos.
Tras la presentación de un programa pletórico de cadencias y melodías de ensueño propias del vals, uno de los más populares géneros musicales y bailes que capturaron la atención de la Europa del Siglo XIX y entrado el XX, y que llegó a tierras mexicanas, la agrupación musical interpretó la popular Marcha Radetzky.
La obra compuesta en 1848 por Johann Strauss padre es tocada de manera tradicional en los conciertos de Año nuevo por muchas orquestas del mundo, como la Filarmónica de Viena, y en esta ocasión Juan Carlos Lomónaco, titular de la orquesta, tuvo a bien incluirla como una sorpresa para el público, ya que no formaba parte del programa.
Al ritmo de las percusiones y con el estruendo de sus palmas, los asistentes conducidos por la batuta de Lomónaco siguieron con alegría y entusiasmo la Marcha Radezky, compuesta por Strauss en honor al mariscal Joseph Wenzel Radetzky, héroe militar de Austria.
El público, feliz, tributó un gran aplauso por esta participación inesperada en un programa compuesto por la Obertura “El Murciélago”, “Voces de Primavera” y “El Danubio azul” de Johann Strauss Jr; Danzas noruegas de Edvard Grieg y Valses de Praga y Danzas Eslavas 1 y 2 de Antonín Dvorak.
El auditorio pudo constatar las diversas formas melódicas que distinguen a los valses y danzas tanto de Austria como de Noruega y de la República Checa que tuvieron una notable influencia en toda Europa, de tal forma que no se bailaba otra cosa que no fueran esos géneros en los saraos y salones de fiestas.
Antes de iniciar el concierto en la sede de la orquesta, el Teatro Peón Contreras, la presidenta del Patronato de la OSY, Margarita Molina, resaltó la participación de los yucatecos en estos últimos 12 años de actividades musicales de la agrupación y agradeció su apoyo así como el de los patrocinadores para el sostenimiento como institución cultural.
(Jesús Mejía)