Mérida, Yucatán.- Las flores constituyen la constante en 230 piezas que, reproducidas en las épocas prehispánica, colonial y contemporánea, forman parte de la magna exposición “La Flor en la Cultura Mexicana”, inaugurada anoche en esta ciudad.

La profusión de elementos decorativos con flores o éstas como temas centrales saltan a la vista y cautivan a los visitantes del Museo Regional de Antropología Palacio Cantón, que exhibirá hasta el 19 de noviembre esta muestra proveniente de 30 colecciones y museos públicos y privados de 16 entidades del país.

Cada conjunto tiene un significado diferente, pero el todo se une por la trascendencia en el tiempo.

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El secretario de Educación estatal, Víctor Caballero Durán; el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Méndez; el secretario de Fomento Turístico, Saúl Ancona Salazar, y la anfitriona del encuentro, Giovanna Jaspersen García, cortaron el listón de la singular exhibición que será llevada posteriormente a otros estados.

La flor a través de la historia. La colección de pinturas, esculturas, litografías, ceras y marfil labrados, además de textiles y arte popular contemporáneo, reflejan la percepción que en diferentes épocas han tenido los habitantes del territorio nacional en torno de las flores.

Entre los antiguos mexicas, Xochipilli, Xochiquétzal (“Flor preciosa”) y Nacuilxóchitl (“5 flor”) eran las deidades de la Primavera,  las flores, el amor, la música y la danza a quienes honraban en su festividad, llamada xochihuitl.

Para tener una idea de la preeminencia que las flores tenían en Mesoamérica, la muestra señala que a todos los pueblos más floridos del Anáhuac les impusieron nombres en cuya composición entraba la palabra xóchitl, como Xochiltepec, cerro florido; Xochitzinco, en el fin de las flores; Xochimilco, jardín de flores, y Macuilxóchitl, cinco flores.

Durante la fiesta, los artesanos a quienes correspondía realizar las ceremonias, se adornaban únicamente con flores y utilizaban especies como el nardo o yauhtli y el nardo americano o cemoahualxóchitl, porque consideraban que su penetrante aroma servía como medio de comunicación con los seres sobrenaturales.

En la exposición es posible encontrar a la flor en relieves de piedra y pinturas murales, en grandes esculturas y pequeñas figurillas, en los objetos cerámicos y los códices, haciendo énfasis en la importancia que tenían las flores y sus respectivas deidades asociadas a rituales de la fertilidad antes de la llegada de los españoles.

Para los europeos, la Nueva España era una manifestación del Paraíso al que asociaban con la flora mexicana, y el jardín florido el espacio propicio para la meditación y la oración.

Muchas de las piezas sorprenden al visitante por el cuidado y el detalle en su manufactura, lo mismo en la piedra, que en la tela, el marfil, en la madera, que en la seda, la concha y los metales preciosos.

El horario de visita es de martes a domingo a 8:00 a 17:00 horas, con entrada gratuita a estudiantes, docentes y adultos mayores con credencial. Domingo es entrada libre a todos los mexicanos.

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(Jesús Mejía)