Mérida, Yucatán.- Las pruebas de ADN tienen muchas “aplicaciones”, es decir, se utilizan para varios objetivos, aunque el que “se escucha” con más frecuencia es el de comprobar la paternidad, es decir, para saber si alguien es hijo legítimo de alguna persona.

Aunque es común que este servicio se publicite cuando se trata de una persona “famosa”, no sólo los artistas -a quienes les “salen muchos hijos”- recurren a las pruebas de paternidad; en realidad, un examen de este tipo puede pedirlo cualquier persona que busca demostrar (o no) un parentesco.

Sin embargo, no siempre las pruebas de ADN (ácido desoxirribonucléico) son para demostrar paternidad, sino que también se utilizan para otros fines, aunque casis todos “caen” dentro de dos grandes grupos:

– Medicina o prevención de enfermedades.- Los códigos que guardan las células son poderosos “predictores” de padecimientos futuros. En muchos casos, puede saberse a qué enfermedades estamos predispuestos y, en su caso, actuar en consecuencia.

-Criminalística o jurídica.- Aunque parezca cuestión de series de televisión o películas, sí hay una aplicación en las pruebas de ADN para saber si alguna persona estuvo en el lugar donde hubo algún hecho policiaco.

En muchos casos, los análisis de ADN no tienen qué ver directamente con una prueba para demostrar la paternidad específicamente, sino para mostrar la relación con alguna familia porque hay alguna disputa en herencia, por ejemplo. Sin embargo, esto cae en el ramo jurídico también.

¿Cuánto cuesta una prueba de ADN en México? Aunque el costo varía según el objetivo, las llamadas de “paternidad” rondan los 4 mil pesos. Sin embargo, siempre es recomendable acercarse al laboratorio que las ofrecer y exponer nuestro objetivo, porque muchas veces de eso depende también el costo porque no todas las pruebas son iguales.

Por ejemplo, si el análisis se requiere para un trámite legal, es decir, que tenga validez como prueba, el costo puede incluso triplicarse, como puede verse en las ofertas del sitio web adnfamilia; de ahí la importancia de que establezcamos, desde un principio, el objetivo de nuestra solicitud.

(EVM)