Mérida, Yucatán.- Unas 30 mujeres están reunidas en el salón “El Cid” del hotel El Castellano, en esta ciudad y muchas no comparten ni siquiera la forma de pensar, pero las une un objetivo que en el pasado no lo hizo: el poder.
Vienen dispuestas a escuchar atentamente sobre todas las herramientas que pueden ayudarlas a defender uno de los derechos recién ganados a fuerza de insistir: el compartir las posiciones públicas, las de gobierno, de poder, con los hombres, pero en la misma proporción.
Por supuesto, todo el conocimiento lo recibirán de alguien que ya experta en esto de la equidad de género -que, en realidad, es equidad sexual, y así lo expresa-: Teresa Hevia, actual asesora del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y también de las Naciones Unidas.
¿Su especialidad? El protocolo de atención de la violencia política contra las mujeres, un tema casi vedado en Yucatán, y uno de los que lo ha rezagado como entidad: en 20 estados del país ya la ley contempla esta figura. Aquí, el último esfuerzo por validarla fracasó.
Teresa Hevia, experta en equidad de género.
Porque la paridad, es decir, que las mujeres tengan la misma oportunidad que los hombres no es suficiente. Ya se ganó, claro está, desde las reformas constitucionales de 2014, pero en la misma medida en que las mujeres han accedido a los puestos de poder han sufrido violencia.
Teresa Hevia lo explica con una fórmula matemática simple: “Este mandato de paridad es ‘suma cero’: lo que la mujer gana, el hombre lo pierde (…) en ese sentido, habrá 50 por ciento de los hombres que se sientan desplazados y generen un ambiente hostil contra la mujer.
De hecho, esta violencia política contra la mujeres uno de los dos obstáculos que ella observa en la práctica, al momento de aplicar la paridad, en 2018, cambiará el panorama político de México, al exigirse 50 por ciento de candidaturas para mujeres.
¿El otro obstáculo? Que los partidos postulen a candidatas incapaces o sin trayectoria política que les permita desempeñarse bien en la función pública; en ese sentido, la también integrante de la Red Mujeres en Plural, dice que las propias mujeres, al interior de los partidos políticos, deben exigir que las candidatas tengan la preparación para los cargos.
Dijo que, actualmente, en México la paridad es casi una realidad en la Cámara de Diputados y, en promedio, en los Congreso locales, donde hasta 4 de cada 10 legisladores es mujer; no así en Yucatán, un ámbito en el que también está rezagado.
De hecho, dijo que la entidad, a pesar de ser punta de lanza -el inicio, pues- de los derechos políticos de las mujeres, con el Primer Congreso Feminista de 1916, se rezagó a principios de los años 2000, y desde entonces no ha recuperado ese protagonismo, a pesar de ser también el único Estado del país que ha tenido dos gobernadoras, por cierto, una de las cuales -Dulce María Sauri Riancho- estaba entre el grupo de mujeres “aprendices”.
Así, por más de ocho horas del taller “Aplicación de la paridad electoral y herramientas para la defensa de los derechos políticos de las mujeres, las más de 30 damas conocieron de primera mano las formas en que pueden defender sus derechos políticos de manos de quienes lo han detentado casi monopólicamente en México: los varones.
El grupo, denominado “Mujeres todas”, se alista entonces para un 2018 que, a decir de Teresa Hevia, resulta desafiante, pero sobre todo interesante para una país en el que la mitad de los ayuntamiento y las diputaciones podrán ser ocupados por mujeres, quienes este viernes dieron un paso más en su preparación, ahí en aquel salón en donde, por cierto, eran “vigiladas” por el retrato de guerrero indígena, un hombre que no les quitaba la mirada ni un minuto…
