Mérida, Yucatán.- La adoración a la Santa Muerte es la búsqueda no de ateos ni de personas sin religión sino de católicos que no encuentran en las representaciones “tradicionales” no le funcionan y otra que sea eficaz.

Elio Masferrer Kan, estudioso de las religiones en México, asegura que las investigaciones que han realizado en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), del que es investigador titular, han demostrado que los adoradores de la Santa Muerte son creyentes católicos.

Dijo que este rito -que no es propiamente una religión- se explica porque los fieles le asignan a las representaciones religiosas lo que los antropólogos definen como “eficacia simbólica”.

Explicó que el catolicismo mexicano no se basa en el “librito”, que dice que la adoración es únicamente para la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo), sino que crea su propio sistema de santos y vírgenes, y le atribuye identidad diferente a la de Guadalupe e Izamal, cuando en realidad son la Virgen María.

“Dicen: ‘No me funcionó con la Virgen de Guadalupe, con San Judas Tadeo, me voy con la Santa Muerte’; pero van ahí y rezan un rosario”, explica el experto.

El científico fue cuestionado sobre el avance de ritos, como el de la Santa Muerte, en el contexto de la disminución de los creyentes católicos, fenómeno que en los últimos años ha crecido y que se demuestra en la cifra de bautizados, tal como lo demuestran también estudios que él ha realizado.

Dijo que el problema principal de la adoración de la Santa Muerte es que escapa al poder de la jerarquía católica, entonces salen a decir que “no son parte de la Iglesia”. Masferrer Kan admite que si bien no están dentro de la Iglesia, como dirigentes o miembros activos, sí son creyentes que sí dentro de la cultura católica, y ubica a la Santa Muerte como parte del sistema de santos y vírgenes.

Masferrer Kan estuvo en Mérida, en donde participó como ponente del coloquio sobre los 500 años de la reforma protestante, encabezada por Martin Lutero, un monje alemán que cuestionó los principios de la Iglesia Católica, y abrió la puerta a las nuevas iglesias.

En su momento, la Iglesia Católica denominó a los grupos paralelos que surgieron a raíz de esta “rebelión” como “sectas”; de ahí que, durante muchos años, las otras iglesias, como la presbiteriana o bautista -el coloquio se desarrolló en la sede del Presbiterio Peninsular, en el Centro de Mérida- fueran consideradas así.

Aún hoy, al hablar de la disminución de católicos en el mundo suele decirse que quienes se van a otras religiones están en “sectas”. Por eso, se cuestionó a Masferrer Kan sobre el impacto de ritos como el de la Santa Muerte, a la que también se la ha calificado como “secta”.

“Usted va a una propuesta religiosa porque considera que esa propuesta es eficaz, pero también puede ir a otra propuesta religiosa explorando si es eficaz (…) Técnicamente -tenemos varias tesis sobre la Santa Muerte- la gente que va a la Santa Muerte es católica fundamentalmente”, insistió.

(EVM) (Foto tomada de Internet)