Mérida, Yucatán.-“Provenientes de Aztlán, los mexicas emprendieron la migración hacia el centro de México siguiendo el llamado de Huichilopoztli”.
De esta manera, se describe el nacimiento del llamado Pueblo Elegido del Sol, es decir, los aztecas, de los que el Instituto Nacional de Antropología (INAH) presenta en Mérida una muestra de la grandeza alcanzada por esa civilización.
El INAH instaló en el Museo Regional Palacio Cantón de esta ciudad una exhibición de arte precolombino, así como vestigios y símbolos que dan cuenta de los mexicas, la cultura dominante de Mesoamérica, y su influencia entre los mayas.
Como resultado de la colaboración con el Museo del Templo Mayor y el Museo Nacional de Antropología, el Palacio Cantón lucirá hasta junio próximo este conjunto el cual describe la cosmovisión y el pensamiento religioso y mágico de los aztecas.
Mediante códices, jeroglíficos en relieves y testimonios gráficos en vasijas, los especialistas describieron la visión cósmica de los aztecas: la Tierra era el centro del cosmos y sobre ella predominaban 13 cielos donde moraban los dioses y por debajo de ella el inframundo que habitaba Mictlantecuhtli, el señor de la obscuridad.
Además de máscaras con piedras preciosas, joyería, pedernales e instrumentos musicales, destaca una reproducción de la famosa piedra circular de 3 toneladas que representa el mito de la diosa Coyolxauhqui, quien fue arrojada y desmembrada por Huichilopoztli al intentar asesinar a su madre.
La influencia tolteca en la cultura maya es otro de los aspectos de la muestra que interesa a los visitantes, ya que dicha interacción se dio en el período clásico de 250 a 1150 después de Cristo y que se expresa en vasijas trípodes, máscaras y en el culto a los dioses Kukulcán y Quetzalcóatl las máximas deidades Maya y Tolteca, que se extendió en esa época.
Una de las piezas que interesa a los visitantes es una piedra utilizada para los sacrificios humanos, mediante los cuales se ofrendaba el corazón de las víctimas a los dioses, lo que hacía posible la continuidad de los movimientos del Sol y de la Luna, de acuerdo con las cosmovisión de los antiguos mexicas.
También se describe el nacimiento de la vida, resultado del desmembramiento de Tlaltecuhtli a manos de Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, quienes utilizaron su cabello para crear árboles, flores y huertos; su piel para extender las praderas; sus ojos para los pozos de agua y la nariz para formar las montañas.
Más de 300 piezas conforman esta muestra representativa de los aztecas, en las que destacan pebeteros, representaciones de jaguares, estelas y guerreros águila.
(Jesús Mejía)