Mérida, Yucatán.- Para el sacerdote Alejandro Solalinde los migrantes centroamericanos representan el sector social más vulnerable e indefenso en México, ya que tan sólo en los últimos seis meses han sido secuestrados y asesinados cerca de 10 mil en su tránsito a Estados Unidos.
“La maldad se ha ensañado con ellos”, expresó el conocido defensor de los derechos humanos, quien reconoció: “no podemos cuantificar, valorar, la magnitud de la destrucción humana operada”, dijo.
El candidato al Premio Nobel de la Paz 2017 acudió a la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (FILEY) para hablar de su reciente libro titulado “Los migrantes del sur” (Editorial Lince).
En éste recopila testimonios de una larga lista de crímenes con nombres y apellidos de quienes cometieron agravio en contra de los migrantes, entre quienes citó los narcos, los maras y la delincuencia organizada.
Posterior a la presentación de la obra de 230 páginas, Solalinde responsabilizó de las atrocidades y la indefensión en que se encuentran los migrantes centroamericanos al ex presidente Felipe Calderón y a la actual Enrique Peña Nieto.
Citó datos del Movimiento Migrante Centroamericano de que en más de 10 años han desaparecido en territorio mexicano cerca de 700 mil migrantes, lo que resulta, apuntó, indignante.
Sin tapujos, sin reservas, narra en la publicación la historia trágica de los centroamericanos que cruzan México camino a EU expuestos al asalto, explotación, violaciones, secuestros, extorsiones y asesinatos por bandas delictivas que actúan en complicidad con las autoridades, en particular del Instituto Nacional de Migración (INM).
El activista, director de los albergues “Adolescentes en el camino” y “Hermanos en el camino” de atención a migrantes, manifestó su preocupación por que México se ha convertido en un enorme territorio de fosas clandestinas, de tal forma que se ha cometido, afirmó, un genocidio, un exterminio.
En ese sentido, consideró el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa como “una puñalada en el corazón de México”, como lo fueron la matanza de 1968 y el jueves de Corpus Christi.
Ante estos hechos, planteó la necesidad de llevar al cabo una transformación, un cambio en la forma de hacer Gobierno y en las políticas de atención a los migrantes.
Solalinde manifestó su optimismo de que puedan darse nuevas estrategias de acción encaminadas al respeto de los derechos humanos de los trabajadores migrantes, de ahí la necesidad, sugirió, de que los mexicanos voten con conciencia y no por más de lo mismo.
El religioso, según sus seguidores, ha sido acreedor de múltiples premios en los ámbitos académicos y de derechos humanos, y ha sobrevivido a calumnias de la Iglesia, enfrentado amenazas de muerte y hasta un intento de incendio del albergue con él en la puerta.
En el prólogo del libro presentado en la FILEY 2018, la periodista Carmen Aristegui anotó: “Nadie como Solalinde ha llamado a las cosas por su nombre y ha dicho que lo que ha pasado y sigue pasando en México con los migrantes no es otra cosa que un holocausto”.
(Jesús Mejía)