Mérida, Yucatán.- El incremento en México de mujeres que ejercen la maternidad no estando unidas es un hecho, toda vez que en 1997 del total de mujeres de 15 a 54 años que tuvieron al menos un hijo nacido vivo 15.5 por ciento estaba en esa condición y en 2014 aumentó a 21.2 por ciento.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID), ese aumento responde a aspectos como el que haya más viudas que viudos (debido a que las mujeres viven más años que los varones), el incremento de la disolución marital por separación o divorcio y una mayor procreación en mujeres no unidas.
De acuerdo con la ENADID 2014, en México, 33.5 por ciento de las mujeres no unidas de 15 a 54 años que han tenido al menos un hijo nacido vivo, son solteras.
Se cataloga como soltera a aquellas mujeres que no se casaron o vivieron en unión libre, es decir, nunca cohabitaron con el padre de sus hijos.
Tres de cada 10 mujeres no unidas, en edad reproductiva, son madres solteras, de las cuales, la mitad carece de educación básica o cuenta con un nivel escolar máximo de secundaria, lo que las hace dependientes y al mismo tiempo en situación vulnerable.
En estadísticas difundidas por Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a propósito del Día de la Madre (10 de mayo), la tasa de 33 por cada 100 mujeres con al menos un hijo nacido vivo de 15 a 54 años de edad en esa situación, las obliga a incorporarse al mercado de trabajo.
Conforme a investigadores enlistados, se plantea que en la actualidad el embarazo está más vinculado a la sexualidad que a la nupcialidad, toda vez que no es necesario llegar al matrimonio o unión para iniciar su ejercicio.
Según cifras del primer trimestre de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2017, del total de mujeres solteras de 15 años y más con al menos un hijo nacido vivo, 41.8 por ciento trabaja: el 31.2 está en el sector informal; 12.2 en el doméstico y 6.6 no recibe pago por su labor.
En el estudio se advierte que las mujeres solteras con al menos un hijo nacido vivo, en general, presentan mayor vulnerabilidad que el resto de ellas, en tanto que cuentan con menos redes de apoyo, y la desventaja puede incrementarse en las que ejercen la maternidad a edades tempranas.
Vulnerabilidad de adolescentes
Además de los riesgos de salud, el embarazo en la adolescencia puede tener repercusiones sociales y económicas negativas para estas madres y sus familias.
El Population Census Bureau (2000) ha documentado que madres adolescentes solteras con frecuencia se ven obligadas a dejar la escuela, con la consecuente desventaja que, al tener una escasa o nula educación formal, se reducen las oportunidades en materia de educación y empleo, lo que limita gradualmente sus oportunidades de desarrollo.
Con base en la ENADID 2014, nueve de cada 10 adolescentes solteras con al menos un hijo nacido vivo son hijas de la jefa o jefe del hogar y 73 de cada 100 no asiste a la escuela.
En 2014, del total de mujeres solteras con al menos un hijo nacido vivo, aproximadamente la mitad (44.3por ciento) cuenta con estudios completos de primaria o tienen al menos un grado aprobado en secundaria o terminada la misma, el 8.7 por ciento no tiene instrucción o no concluyó la educación primaria, y sólo una quinta parte (21.3 por ciento) cuenta con nivel superior.
(Foto tomada de internet)
(Jesús Mejía)