Mérida, Yucatán.- Una joven -menor de edad- a la que llamaremos “Karina” lleva 2 intentos de suicidio y, según pudieron determinar en una entrevista para una investigación, se siente culpable de la infidelidad de su padre, porque así se lo han hecho sentir, durante su corta vida, tanto papá como mamá…

Otra mujer, un niña, a la que llamaremos “Valentina” intentó suicidarse porque en su casa sufría abuso sexual, pero una vez “descubierto” el problema, la joven fue tratada psicológicamente y llevada de vuelta a casa… precisamente al sitio en donde abusaron de ella…

Estos son sólo 2 historias unidas ya no por pensamientos suicidas sino por el entorno negativo en el que están encerradas las víctimas, pues al ser menores de edad la ley no permite que sean sacadas de su seno familiar para ayudarlas a superar los problemas que ellas perciben como sin solución.

Ambas historias surgieron del proceso de investigación para conformar el Atlas sobre suicidios en la Península de Yucatán, que científicos del Centro de  Humanidades y Ciencias Sociales elaboraron como base para entender este problema social que mantiene a la entidad en el 8° lugar nacional de muertes autoinflingidas.

Más allá de las cifras, Raúl Enrique Silveira Saenz, investigador asociado del proyecto, y quien presentó en días pasados los resultados, junto con Laura  Hernández Ruiz, desmitifica dos aspectos de este problema social que están el imaginario colectivo:

  • Que Yucatán ocupa uno de los primeros lugares en el país por el número de suicidios.
  • Que parte de esa “tendencia” suicida se explica por la “inclinación” que los mayas tenían hacia esta práctica.

En el primer caso, la entidad está “a media tabla” -lugares 13 al 15-  si se considera el número de suicidios al año, y en 8° si la cifra de muertes autoinflingidas. En lo que sí hay un nivel alto es cuando se compara la cifra con la de homicidios.

“El porcentaje de los suicidios en muertes violentas (homicidios, accidentes e incluso ahogamientos) es de 22-25 por ciento”, asegura el especialista.

Pero sobre la “recurrente” relación entre este problema social y la cultura maya, dice que no  hay evidencia científica ni  histórica que demuestra que los indígenas de esta región se mataban por rendirle culto a la diosa Xtab. De acuerdo con sus conclusiones, la utilización de un método específico (el ahorcamiento) está relacionado con la forma en que los medios informativos difunden los casos y no por X’tab.

En realidad, explica, el suicidio es un problema multifactorial, y lo que hasta han encontrado -que básicamente son cifras e incidencias de acuerdo con cada municipio del Estado, y de la región, pues el estudio es peninsular- les permite sentar las bases para que, en una segunda etapa de la investigación, puedan encontrar los factores sociales que a los yucatecos a tomar la fatal decisión.

Por eso mencionó los casos de las jóvenes que atraviesan por presiones sociales y abusos psicológicos y que han intentado suicidarse…

“Es producto de una acumulación de vulnerabilidades… no estudiar lo que uno quiere, pobreza, novio violente (…) un rol que se tiene que cumplir: ‘el albañil’ que debe tomar (alcohol)”, explica.

Menciona que Yucatán, por ejemplo, es uno de los estado con más bajos salarios, lo que también puede calificarse como violencia social. En Campeche, en la zona de Carmen -también se realiza el estudio en la capital, Campeche- las personas viven problemas específicos por la industria petrolera. En Quintana Roo, sobre todo en Playa del Carmen, hay inmigración de personas de otros estados, que llegan a “pelearse” por un empleo y viven hacinados.

De ahí la importancia de determinar cuáles son los factores que orillan a las personas a “salir por la puerta falsa”, pero esto debe hacerse prácticamente municipio por municipio y no generalizarse a nivel regional o estatal, pues las realidades son diferentes en la costa que en el oriente del Estado.

Cifras del Atlas de Suicidios en Yucatán

El pasado 29 de enero, en el marco del Seminario Permanente Violencia y Derechos Humanos, que se realiza cada mes en el sede del Cephcis, se presentó el Atlas del Suicidio y algunos datos duros fueron:

  • Los  municipios con mayor número de suicidios: Hunucmá, Izamal. Mérida, Motul, Progreso, Valladolid, Tizimín, Tekax, Ticul y Umán.
  • Los que registran mayores casos de violencia: Chemax, Izamal. Kanasín, Mérida, Oxkutzcab, Motul, Progreso, Valladolid, Tizimín, Tekax, Ticul y Umán

La recopilación de los datos para el Atlas se realizó entre 2010 y 2015 en medios de información impresos y con cifra del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).