Por Adela Mac Swiney González.
Madrid, España.- A 44 años de su muerte y en medio de una polémica y de “estira y afloja” con la familia, el féretro del dictador español Francisco Franco salió hoy de la cripta del Valle de los Caídos, (en el noroeste de esta capital) para ser trasladados, por vía aérea, al cementerio de El Pardo-Mingorrubio para su reinhumación y así dejar de tener una “tumba de honor”.
Tras un largo proceso que los familiares del ex presidente intentaron parar, el proceso de exhumación, traslado y reinhumación de Franco inició este jueves, a partir de las 10:30 horas locales, en cumplimiento de los acuerdos que tomó el Consejo de Ministros del Gobierno español los días 15 de febrero y 15 de marzo pasados. La fecha de la ejecución material se notificó a la familia el día 21 pasado.
Uno de los temas que generaba el riesgo de mayores problemas técnicos era el de la retirada de la lápida de granito, de mil 500 kilos de peso, pero fue retirada sin incidencias por lo que Franco dejó ya de tener una tumba de honor luego de que desde 1975 los españoles llevan discutiendo qué hacer con el caudillo.
El proceso de exhumación y luego reinhumación se dio dentro de un amplio dispositivo para el que se acreditaron 500 profesionales de 150 medios de comunicación de todo el mundo y en el que estuvieron los 22 familiares del dictador, entre nietos, sus cónyuges y bisnietos, que acudieron a la Basílica con una bandera franquista y gritando vivas a Franco y a España y asegurando que se trata de un día muy triste.
Por parte del Gobierno, estuvieron en el proceso el subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Antonio Hidalgo; el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Félix Bolaños, encargado de toda la negociación con la familia y la ministra de Justicia, Dolores Delgado.
Tras la histórica salida de los restos de Franco del Valle de los Caídos, el presidente español en funciones Pedro Sánchez afirmó que “con esta decisión se pone fin a una afrenta moral como es el enaltecimiento de la figura de un dictador en un espacio público. Se da un paso más en la reconciliación que solo puede descansar en la democracia y la libertad que compartimos. Y nuestra democracia se prestigia a los ojos del mundo, atendiendo a una recomendación respaldada entre otros organismos por Naciones Unidas”.
Agregó que “nos costó mucho tiempo deshacernos de un régimen represor. Y casi nos ha llevado el mismo tiempo apartar los restos de su artífice del homenaje público”.
Sánchez subrayó que la España actual es fruto del perdón, pero no puede ser producto del olvido. “La España de hoy es el país más opuesto a lo que representó el régimen franquista. Donde había represión y dictadura, hay libertad y democracia; donde había uniformidad e imposición, hay diversidad cultural y territorial; donde había aislamiento, hay Europa; donde había machismo y homofobia, hay feminismo y tolerancia”, agregó.
Aseveró que el homenaje público al dictador era más que un anacronismo y una anomalía, “era un agravio a nuestra propia democracia, la democracia española y ponerle fin era un deber para las generaciones que no crecimos bajo el trauma de la guerra civil y del franquismo”.