Mérida, Yucatán.- Los trastornos del clima y los crecientes volúmenes de desechos plásticos están contribuyendo a la reproducción fuera de etapa estacional de vectores como el Aedes Aegypti, trasmisor del mosco del dengue, zika y chikungunya.

Carlos Machain Williams, profesor investigador del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”, adscrito al laboratorio de arbovirología, atribuyó a esos factores el incremento en casos de dengue no sólo en Yucatán, sino en otras partes del país.

“Hace un tiempo, los periodos bien definidos de lluvias permitían que la presencia de estas enfermedades tuviera estacionalidad, que era durante y posterior a los picos de lluvia, ahora, el cambio climático y el alto consumo de plásticos, ha propiciado que los mosquitos que transmiten estos virus se reproduzcan a lo largo del año y estén presentes en nuestro hábitat todo el tiempo”, indicó.

Según el especialista, desde los noventa la población se enfocó en el consumismo, propiciando así la acumulación de aparatos electrónicos, recipientes y plásticos que, a lo largo del tiempo se convierten en potenciales criaderos de mosquitos.

A esto, continuó, se le suma la migración de personas pertenecientes a otras regiones del país, que, al no tener contacto con este vector, tienen un sistema inmunológico vulnerable, por lo que al ser picados por el mosquito es más fácil que se enfermen.

En cuanto a la incidencia –que al corte del 24 de febrero sumaban 91 casos confirmados, 86 más que en el mismo periodo de 2019–, explicó que podrían ser más, dado que de cada 10 infectados, sólo dos registran manifestaciones clínicas, los otros ocho son considerados sanos.

El especialista afirmó que la descacharrización y fumigación ayuda hasta cierto punto, pero urgió implementar un trabajo coordinado entre autoridades gubernamentales y sociedad en general.

Con la descacharrización, recordó, los ciudadanos aprovechan para sacar muebles o basura que no son criaderos, mientras que en la fumigación el no rotar los insecticidas ocasiona que el mosco desarrolle cierta resistencia a los químicos, además de que la diseminación no alcanza zonas con mayor presencia.

“Los moscos se vuelven resistentes a los insecticidas, sus generaciones son cortas, en seis días ya hay una nueva generación y esa rapidez les permite acumular cambios para su sobrevivencia”, agregó.

El investigador subrayó en las recomendaciones a la población e intensificar el trabajo en conjunto para que las acciones que ya se implementan puedan surtir efecto.

También propuso incluir en la educación básica la información respecto a la descacharrización, fumigación, abatización y la no acumulación de basura.

“Tenemos que enseñar a los niños, permear nuestra salud, debemos educar a los menores para que cuando se solicite la participación de la gente, ellos sepan perfectamente qué hacer”, planteó.

Por separado, Jorge Alfredo Palacio Vargas, coordinador del Programa de Vectores de la Secretaría de Salud de Yucatán, informó que se ha nebulizado 15 mil 787 hectáreas, se ha rociado con insecticida el interior de mil 367 hogares y, como parte del esquema de control larvario, se ha revisado 75 mil 298 viviendas.

Sin embargo, destacó que el objetivo es mantener los patios limpios y libres de criaderos.

(LectorMx)