Mérida,Yucatán.- Este martes 21 de diciembre llega la cuarta y última temporada del año: el invierno y lo hace con el Astro Rey, que en su aparente desplazamiento en la bóveda celeste, parece detenerse, de ahí la denominación de “solsticio” o “Sol quieto”.
También es la cuarta posición del Sol para completar una cruz, en este caso la parte de arriba o la cabeza o Norte, tras haber “marcado” el equinoccio de primavera -que es uno de los brazos-, el solsticio de verano (que es el extremo Sur o los pies) y el equinoccio de otoño -que es la otra extremidad-, explica el astrónomo yucateco Eddie Salazar Gamboa.
“Si le unimos Sol en el Cenit (2 por año), la posiciones tocan los 6 puntos que despliega el Hombre de Vituvrio”, que Leonardo Da Vinci, inmortalizó en el estudio de las de las proporciones del cuerpo humano, a partir del trabajo del arquitecto romano, del cual el dibujo toma su nombre. “Es una hipótesis, una pregunta”, aclara el también catedrático del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM).
En ese sentido, plantea una pregunta: el analema, dibujo que se forma al trazar la “trayectoria” anual del Sol en el cielo, ¿es una cruz? Esto porque la cruz tiene el lado más corto de su eje vertical precisamente en el Norte, en la cabeza, al igual que el analema cuya parábola más pequeña está arriba.
Pero más allá de estas de estas hipótesis, es un hecho que el invierno llegará y esta entrada triunfal ocurrirá a las 10:00 horas (10 de la mañana en Yucatán), 16:00 horas (4 de la tarde, tiempo universal) de este 21 de diciembre.
Como ocurre en esta fecha en particular, será el día más corto: durará 10:52 horas, y la noche, 13:18 minutos. Es también el día del nacimiento del “Sol invictus”, porque, a partir del miércoles, paulatinamente, irá dominando a la oscuridad.
La llegada del invierno también “se refleja” en El castillo de Chichén Itzá: entre las 15:00 horas y 17:00 horas (3:00 y 5:00 de la tarde), dos caras del edificio quedarán completamente iluminadas por la luz solar y las otras en la penumbra.
Como ya lo ha explicado anteriormente el propio Salazar Gamboa, esto es otra prueba de los solsticios eran más importantes que los equinoccios para los mayas, porque establecían (establecen) la mayor diferencia entre día y noche.