Mérida, Yucatán.- Los costos de los insumos para la producción de masa y tortillas están incontenibles, más por la voracidad de intermediarios que por la escasez del maíz, de tal forma que el alimento ya alcanza los 28 y 30 pesos el kilogramo en zonas del norte y poniente de Mérida, reportó el molinero Luis Antonio Quijano López.

El ex presidente de la Casa del Molinero, asociación que aglutina a más de 300 accionistas, expuso que a partir del jueves pasado el precio del costal de maíz de 50 kilogramos aumentó en 11 por ciento su precio, ya que se vende a los nixtamaleros en 300 pesos cuando antes costaba 270 pesos el bulto.

Con cerca de 30 años dedicados al sector de la industria de la masa y la tortilla, sostuvo que en el fraccionamiento Francisco de Montejo y en las colonias Salvador Alvarado y Lindavista el kilogramo de tortilla ya alcanzó el más alto precio de su historia, lo que perjudica, dijo, la economía de las familias más necesitadas.

Recordó que dicho producto, que es la base de la alimentación de yucatecos y de los mexicanos, en el año 2000 costaba ocho pesos el kilogramo, en el 2010 entre los 15 y 16 pesos, precio que se mantuvo de manera constante hasta principios de 2021 cuando se comercializó a 18 pesos y subió a finales de ese año entre los 22 y 24 pesos.

La tonelada de maíz, precisó, en enero del presente año costaba ocho mil pesos y hoy, ocho meses después, ya “trepó” a 11 mil pesos –un 26 por ciento más–, en tanto que la tonelada de harina subió tres veces en este 2022 hasta alcanzar ahora los mil 300 pesos.

“No hay consideración alguna hacia los molineros”, deploró el veterano comerciante del sector, quien comentó que los distribuidores sólo se limitan a decir: “Eso es lo que vale, eso es lo que pagas”, situación que obliga a los tortilleros a ajustar precios, unos a 30 pesos, y otros intentan vender más para evitar las alzas.

Quijano López reconoció que existen problemas de sequía y producción nacional, así como de abasto de granos por la guerra en Ucrania, pero culpó a los industriales de harina como Maseca y Minsa y a los distribuidores del grano y a los intermediarios de incrementar de manera injustificada y “con voracidad” los precios.

Explicó que los revendedores de grandes compañías aplican el precio de garantía a los productores de maíz, lo que representa, sostuvo, “un verdadero robo al campesino al pagarle precios absurdos por su cosecha.

“En bodegas hay grandes acaparadores, los famosos coyotes compran barato y lo almacenan, hacen y esperan que se encarezca el producto para sacarlo y obtener más ganancias. Son los especuladores los que tienen el control de los precios y no hay nadie que los regule”, afirmó.

No hay quien vigile los costos que aplican esos intermediarios –recalcó– ni razón para aumentar en tales proporciones, toda vez que las gasolinas mantienen sus costos y el gas, incluso, ha reducido su precio.

A los ciudadanos recomendó adquirir sus dotaciones en el establecimiento que lo venda más barato para apoyar de esa manera al oferente y obligar a otros negocios a bajar los precios.

En su caso, como residente en la zona sur de la ciudad, refirió que en Circuito Colonias, cerca de San Antonio Xluch, vende a 24 pesos las 84 tortillas que contiene un kilogramo, dado que es un sector de muchas familias humildes, mientras que hay otros que ofertan a 26 o 28 pesos.

(LectorMx)