Mérida, Yucatán.- Expertos en restauración y conservación del patrimonio histórico y cultural llamaron a los autoridades del Gobierno del Estado y del Ayuntamiento de Mérida a tomar en cuenta a los especialistas en la implementación del Gran Corredor Turístico y Gastronómico en las calles 60 y 47 del centro histórico con el fin de darle un enfoque integral.
La coordinadora del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) en Yucatán, Elvia González Canto; el presidente de la Asociación Yucateca de Especialistas en Restauración y Conservación del Patrimonio Edificado (Ayerac), Jorge Jiménez Ricalde, y el investigador Luis Ojeda Godoy, dieron su aval al proyecto, pero consideraron que requiere de un plan ejecutivo amplio y preciso.
González Canto aclaró en rueda de prensa que, como organizaciones sociales de expertos en conservación y restauración, no fueron tomados en cuenta.
“No buscamos chamba ni queremos retribución económica, pero sí contribuir a enriquecer la intervención de las calles 60 y 47 hasta La Plancha, el trayecto del Corredor Gastronómico”, dijo a su vez Jiménez Ricalde.
Ojeda Godoy, quien es secretario general del Sindicato Nacional de Arquitectos Conservadores del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura-Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), indicó que las acciones que contemplan las autoridades están muy distantes a las características del área comprendida al interior del perímetro de la zona de monumentos históricos.
Expuso que las ilustraciones que se presentaron de las calles 60 y 47 refieren acciones más relacionadas con la imagen para un fraccionamiento del periférico de Mérida, que para la ciudad
histórica y sus monumentos.
Dan la idea de que los responsables de los trabajos a efectuar pretenden dar paso a una “escenografía” para los visitantes y turistas, por encima de una valoración e identificación de los elementos arquitectónicos y urbanos con valor histórico, patrimonial y de identidad, afirmó.
Se requiere, añadió, un conjunto de acciones correctas en cuanto a conservación, restauración e integración en un conjunto urbano de carácter patrimonial.
“Es obligada la pregunta si acaso existe un proyecto ejecutivo revisado de forma previa, evaluado y aprobado por el INAH, la dependencia a la cual corresponde emitir la licencia para todo proyecto a desarrollar en el centro histórico o zona de monumentos históricos”, puntualizó.
Resaltó la necesidad de conocer los trabajos de prospección arqueológica que deberán acompañar también todo trabajo de excavación para incorporar instalaciones y cableado subterráneo, ya que, en toda el área referida, existen evidencias y permanencias de la ciudad prehispánica que forma parte del
patrimonio cultural de Mérida.
Es preciso, insistió, contar con un proyecto ejecutivo que reúna las acciones descritas por las autoridades, así como la documentación técnica y los planos que refieran –para cada tramo de calle y cada edificio–, el diagnóstico con los deterioros, los conceptos de obra con especificaciones de materiales, volúmenes de obra y costos.
El proyecto, aseguró, debe fundamentarse en el contenido y las especificaciones de los acuerdos de ICOMOS, como es el caso de la “Carta Internacional para la Conservación de Ciudades Históricas y Áreas Urbanas Históricas” (Carta de Washington, 1987).
“Pareciera que se busca propiciar el uso de la vía pública para la colocación de mesas y sillas para uso comercial, sin considerar los valores urbanos y arquitectónicos de la zona de monumentos históricos, así como la diversidad de usos del suelo y de usuarios que se tiene para la ciudad histórica entre el conjunto de sus habitantes”, anotó.
Por lo anterior, los participantes expresaron que debe de convocarse a los especialistas en temas de patrimonio para la valoración de las acciones que se pretenden desarrollar, no sólo a partir del dictamen emitido por el INAH, sino a instancias como ICOMOS Yucatán, AYERAC, colegios de profesionistas y otras instancias de la sociedad civil.
(LectorMx)