Mérida, Yucatán.- La zona arqueológica de Chichén Itzá ha dejado de recibir de seis a siete mil personas diarias, desde el lunes pasado, debido al bloqueo en caminos de acceso sobre la carretera federal libre que comunica a Cancún con Mérida y viceversa.

Es cálculo del arqueólogo Marco Antonio Santos Ramírez, director del sitio prehispánico, cuya renuncia y la de sus colaboradores son parte de la exigencia de las protestas de un sector de los habitantes de las comisarías de Pisté, Xcalacoop y San Felipe Nuevo, del municipio de Tinum.

“Me puedo ir mañana o no me puedo ir, pero el que llegue va a hacer lo mismo, porque no podemos permitir que el patrimonio cultural esté en manos de pequeños grupos, no de las comunidades mayas como ellos lo quieren hacer ver…”, expresó en rueda de prensa.

El funcionario, quien se encuentra al frente de Chichén Itzá desde marzo de 2014, afirmó que él y su equipo no están atados a un puesto.

“No es el tema de si me voy o no, no es el puesto…”, sostuvo.

Además, se declaró orgulloso de estar en Chichén Itzá, al que calificó como “el sitio más importante del mundo en temas arqueológicos” junto con Machu Pichu (Perú), El Partenón (Grecia), La Gran Muralla (China), el Taj Mahal (India) y Las Pirámides (Egipto).

Y contrastó que su “mejor carta de presentación” ante todo esto es que Chichén Itzá cerró el 31 de diciembre con 2.6 millones de visitas, superando lo que se tenía antes de la pandemia.

En ese lapso, ingresaron a las arcas de la Tesorería de la Federación 170 millones de pesos, según explicó, lo que multiplicado “por dos o por tres que es lo que cobra el gobierno del estado” sumarían entre 600 y 700 millones de pesos el año pasado.

“Nosotros como instituto somos los que estamos tratando de ordenar y que todo esto funcione. ¿La pregunta es dónde está el gobierno del estado?”, lanzó.

En cuanto a la presencia de turistas que lograron entrar, comentó que son pocos: el lunes unas 100 personas, el martes 20 y hoy creo que cuatro.

En otro punto, alertó que Chichén Itzá no puede crecer exponencialmente, “porque el turismo masivo afecta a los monumentos”.

Consideró que las obras de ampliación y mejoramiento (Promeza) deberá estar destinada a atender “no más de 15 mil personas diarias”, que “es lo que puede soportar, “porque aunque le pongamos nueva infraestructura va a llegar a agotarse”.

(LectorMx)