Mérida, Yucatán.- Los mercados reflejan la identidad de un territorio, de un pueblo, y son el corazón que dan vitalidad a una comunidad mediante el comercio, la convivencia y las relaciones humanas. Eso sintetiza la exposición UÚlab (visitante o huésped en maya) del fotógrafo Pim Schalkwijk, abierta en Mérida.

Lejos de las fotografías de panoramas, paisajes o de lo costumbrista, el artista de la cámara, de padre holandés, aunque nacido en 1971 en la Ciudad de México, captó e imprimió en blanco y negro a los personajes que hacen latir diariamente al principal centro de abasto de la capital yucateca: el Mercado Lucas de Gálvez.

En la galería del Museo Palacio Cantón fue instalada la singular muestra de 200 fotografías de personajes de ese mercado con el nombre de UÚlab, una especie de lotería yucateca, resultado de cuatro meses de trabajo desde un local en el sitio.

Ahí, con su cámara fotografió a mujeres y hombres con una visión, más que antropológica, cultural.

Dijo haber invitado a los comerciantes a participar en el proyecto, regalando su foto enmarcada, lo cual fue aceptado con simpatía y ganas, de tal forma que logró reunir para esta exposición unas 200 imágenes.

En los personajes retratados es posible reconocer la comunidad, la identidad yucateca, y de manera mágica el espectador reconoce el barullo, el rumor y el ruido del mercado, entonces percibe los aromas de las frutas, verduras, flores, pescadería y todo lo que forma parte de ese inmueble cuya construcción data de principios del siglo XIX.

Destacan la vendedora de chiles, Belem Segura; el cargador de costal de cebollas, Jorge Euán; el de cuadros, Héctor Torres, el repartidor de hielo, Luis Díaz; el de las “chinas”, Francisco Cabañas, el de pescado, Ángel Caamal Santiago, la de flores, Emilia Baas con Jade Herrera.

También figuran Juan Pech Maas, de Calkiní, comerciante de pepita, cacahuate y otras semillas.

Emilia Chan Dzul, vendedora de zapote negro, originaria de Akil, con 11 hijos y 45 años como comerciante, así como María Luisa Domínguez Aguilar, oferente de joyas de oro, imágenes religiosas, velas y artículos sacramentales.

En la apertura de la exposición, Pim Schalkwijk llamó a preservar el mercado Lucas de Gálvez porque es posible reconocer la identidad cultura por el uso común entre las venteras y comerciantes de las prendas tradicionales y la rica gastronomía, además de que permite promover la compra-venta de la producción local, que es una forma de sostener la economía del estado.

El profesional de la lente agradeció la colaboración quienes posaron frente a su cámara, primer ejercicio de este tipo que realiza, exitoso, con gran aceptación, por lo que anunció la próxima realización de un libro.

Estas fotografías constituyen un homenaje explícito a las y los vendedores de frutas, carniceros, cargadores, cocineras, joyeros, pajareros, relojeros, peluqueros, músicos, pescaderas, pintores, costureras, doctores, zapateros y recogedores de basura que le dan vitalidad al mercado, anotó en la presentación María Paz Amaro, promotora.

La monocromía de Schalkwijk, quien rentó un espacio dentro del mercado durante cuatro meses, abre la posibilidad de evocar una noción de nación diversa y polivalente, anotó.

Para la antropóloga María del Carmen Castillo, del INAH Yucatán, es “la puesta en escena de un espectáculo sensorial donde confluyen múltiples intercambios. Cuan cierto es aquello que dijo el poeta chileno Pablo Neruda de que “México está en los mercados”. Recintos barrocos, complejos, coloridos, ruidosos. Grandes exponentes de la cultura mexicana.

“Chinas, mameyes, mandarinas, zapotes, limones, pepitas, pitahayas, habaneros y espelones son el habla de un paisaje peninsular… Paleta de colores que recuerda las fachadas donde viven los meridanos”.

“Familias enteras han hecho del mercado un testigo del paso de sus vidas. –Aquí crecieron mis hijos- dice una chichí del otro lado de un desvencijado mostrador que sigue en pie atendiendo a sus marchantes.

“Las monedas viajan de mano en mano, el barullo no cesa, los locatarios pregonan sus ofertas, mientras los recados y escabeches se maceran esperando conquistar alguna mesa”, es parte de la descripción de la antropóloga Castillo.

El director del recinto, Bernardo Sarvide Primo, exhortó a defender esos mercados que forman parte de nuestra identidad.

La muestra temporal estará abierta dos meses.

(LectorMx)