Por Adela Mac Swiney González

Madrid, España .- La exposición “Amazônia” del fotógrafo sociodocumental y fotorreportero brasileño Sebastião Salgado llega a Madrid con más de 200 fotografías, la mayoría de gran formato, siete películas y una ambientación sonora especialmente compuesta para el proyecto por Jean-Michel Jarre, en la que utilizó sonidos de la Amazonía, procedente de los Archivos del Museo Etnográfico de Ginebra.

Con esta muestra, que podrá verse a partir de mañana y hasta el 14 de enero del próximo año, Salgado, premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1998 y premio de fotografía Rey de España en 1987, inaugura la temporada expositiva del teatro Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa.

Comisariada y diseñada por Lélia Wanick Salgado, la exposición llega a Madrid tras una gira que le ha llevado a París, Roma, Londres, Los Ángeles, Manchester, São Paulo, Río de Janeiro, Avignon, Zúrich y Milán, con 1.5 millones de visitantes. Es un viaje al corazón de la selva amazónica de la mano de Salgado, una declaración de amor a uno de los enclaves más importantes del planeta, de parte de uno de los fotógrafos más destacados de la historia contemporánea.

Es una exposición que muestra la belleza y grandiosidad de la región y que intenta ser una llamada de atención a través de la fotografía sobre la frágil situación en la que se encuentra esta región y la necesidad de conservar y proteger este pulmón fundamental de la tierra.

Sebastião Salgado recorrió en varias expediciones, a lo largo de siete años, la inmensidad de la selva amazónica retratando con su cámara, desde el cielo, el agua y a pie, la exuberancia de este entorno y poniendo rostro a los habitantes de la región. Así arrancó un ambicioso proyecto fotográfico que, lejos de pararse en el horror de la devastación, muestra la incomparable belleza de esta región y subraya la importancia de preservar tanto el bosque como a sus habitantes.

A través de la muestra, el visitante conocerá las diferentes secciones de la Amazônia, junto a infinidad de imágenes que desgranan los diferentes paisajes de la selva, pero además, Salgado presenta a algunos de los más de 310.000 indígenas que pueblan estas tierras. En varias piezas los líderes de las principales comunidades de la región cuentan su día a día, descubren su cultura y comparten los problemas a los que se enfrentan.

Sebastião Salgado y la comisaria de la exposición, Lélia Wanick Salgado advierten en un texto, como parte de la muestra, que “nuestro planeta nunca ha enfrentado un peligro tan grande como el de este siglo. Los efectos provocados por el calentamiento global, la desertificación de los suelos, la contaminación de los océanos y la destrucción constante de la biodiversidad suponen un reto importante para el ser humano”.

Apuntaron que esta emergencia climática es un constante recordatorio de la fragilidad del medio ambiente, cuya estabilidad es fundamental para la supervivencia de todas las formas de vida en la Tierra.

“La selva amazónica, conocida coloquialmente como ‘el pulmón del mundo’ gracias a su absorción de vastas cantidades de dióxido de carbono, es sin duda un factor clave en la lucha contra el calentamiento global. Sin embargo, su destrucción se está acelerando como resultado de incendios iniciados intencional mente para despejar tierras para granjas ganaderas y plantaciones de soja”, dijeron para agregar que los envenenamientos de arroyos y ríos por buscadores de oro independientes y la invasión implacable de bosques vírgenes por madereros extrayendo ilegalmente valiosa madera dura están agravando esta tragedia ecológica y humana, haciendo cada vez más difícil proteger a los pueblos indígenas que viven en este vasto territorio.

La selva tropical alberga una décima parte de las especies de flora y fauna del planeta y representa el laboratorio natural más grande del mundo. En esta región habitan unos 310.000 indígenas que comprenden 169 diferentes grupos étnicos y hablan no menos de 130 idiomas. “Hoy, este mundo ancestral también está en peligro de desaparición”, recalcaron.

Ambos aseguraron que fue este calamitoso horizonte el que dio origen a este “ambicioso y urgente proyecto fotográfico” e indicaron que “nuestro objetivo no es denunciar el horror de la devastación sino mostrar la incomparable belleza de esta región y subrayar la importancia de preservar tanto el bosque como a sus habitantes”.

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